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RELACIONES EXTERIORES
Lula insta al G20 a ser protagonista en la lucha contra el hambre, el cambio climático y una nueva gobernanza global
El presidente Lula durante su intervención en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20: "Brasil está trabajando con ahínco para lograr avances concretos en la agenda del G20". Foto: Ricardo Stuckert / PR
En un evento con los ministros de Relaciones Exteriores del G20 en Nueva York, el miércoles 25 de septiembre, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aclaró que las naciones del grupo económico no pueden eludir sus responsabilidades frente a las graves crisis generadas por el cambio climático y exigió acciones efectivas del grupo en la lucha contra el hambre y en la modificación de la gestión de las principales instituciones multilaterales.
Cada país puede tener su propia visión del modelo ideal de reforma de la gobernanza global. Pero todos debemos estar de acuerdo en que la reforma es fundamental y urgente"
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de la República
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"Brasil está trabajando con ahínco para lograr avances concretos en la agenda del G20. El G20 es responsable del 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Su liderazgo en la misión de contener el calentamiento a un grado y medio marcará la diferencia para todo el planeta", afirmó Lula. En 2024, Brasil ejerce la presidencia del G20 y Río de Janeiro será la sede de la cumbre del grupo durante los días 18 y 19 de noviembre.
La reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del G20 marca un capítulo sin precedentes en la historia de la ONU, ya que por primera vez los países del grupo se reúnen en la sede de la institución en Nueva York, en una oportunidad abierta a todos los miembros de la Organización.
Durante su discurso, Lula enumeró las principales prioridades que, en su opinión, deben abordarse, centrándose en los ejes de inclusión social, cambio climático y gobernanza global. "En el centro de nuestras prioridades está la lucha contra la desigualdad en todas sus formas. Esta preocupación permea los tres ejes que guían nuestra presidencia", subrayó.
INCLUSIÓN SOCIAL – En el eje de inclusión social, la principal preocupación es la lucha contra el hambre. "El pasado mes de julio adoptamos las bases de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que ya está abierta a adhesiones y se lanzará oficialmente en noviembre. La Alianza movilizará recursos técnicos y financieros para promover una canasta de políticas públicas de probada eficacia contra estos flagelos", explicó el presidente brasileño.
"En el centro de nuestras prioridades está la lucha contra la desigualdad en todas sus formas"
CAMBIO CLIMÁTICO – Según Lula, el cambio climático requiere una responsabilidad efectiva no solo de las naciones, sino también de otros sectores vinculados al tema. "Brasil ha incorporado al debate climático a actores como los bancos centrales y los bancos públicos de desarrollo para garantizar una transición justa. Aprobamos el primer documento acordado multilateralmente sobre la bioeconomía", recordó Lula.
GOBERNANZA GLOBAL – El tercer eje se refiere a una reforma del sistema de gobernanza global, capaz de reposicionar a la ONU en el centro de las decisiones internacionales. Este tema, según Lula, debería ser el enfoque principal de la reunión en Nueva York. "La comunidad internacional está corriendo en círculos. No hemos sabido responder a los desafíos globales porque hemos cambiado el multilateralismo por acciones unilaterales o acuerdos excluyentes. No trabajamos juntos porque las instituciones multilaterales están desacreditadas".
Según el presidente brasileño, para romper este círculo vicioso, necesitamos el valor de cambiar y el empeño para superar las diferencias. "Nuestra capacidad de respuesta se ve perjudicada, sobre todo, por la falta de representatividad que afecta a las organizaciones internacionales. Si los países ricos quieren contar con el apoyo del mundo en desarrollo para hacer frente a las múltiples crisis de nuestro tiempo, el Sur Global debe estar plenamente representado en los principales foros de toma de decisiones", prosiguió el presidente. También dijo que Brasil está considerando proponer la convocatoria de una Conferencia de Revisión de la Carta de la ONU. "Cada país puede tener su propia visión del modelo ideal de reforma de la gobernanza global. Pero todos debemos estar de acuerdo en que la reforma es fundamental y urgente".
ARQUITECTURA FINANCIERA – Lula defendió que el carácter altamente regresivo de la arquitectura financiera internacional debe ser eliminado para que los países en desarrollo sufran menos. También alertó nuevamente que las tasas de interés impuestas a estas naciones son demasiado elevadas. “Los países en desarrollo se enfrentan a costos y dificultades desproporcionadas para obtener financiamiento en comparación con los países ricos. Las tasas de interés impuestas a los países del Sur Global son mucho más elevadas que las aplicadas a las naciones desarrolladas. El endeudamiento que afecta gravemente a algunos países en desarrollo estrangula la inversión en infraestructura, bienestar y sostenibilidad”, señaló Lula.
SUPERRICOS– En la opinión del presidente brasileño, gravar a los superricos debe incluirse como parte de la solución del problema. "Gravar a los superricos es una forma de luchar contra la desigualdad y destinar recursos a las prioridades del desarrollo y la acción climática. La ONU y su secretario general deben volver a ocupar un lugar central en el debate sobre las cuestiones económicas y financieras de importancia global", declaró. "Cuando se crearon el FMI y el Banco Mundial, sus consejos ejecutivos tenían 12 asientos para un universo de 44 países. En la actualidad tienen 25 asientos para más de 190 países. Si se mantuvieran las proporciones originales, estos consejos deberían tener actualmente al menos 52 asientos", ejemplificó Lula.
COMERCIO INTERNACIONAL – Otro punto subrayado en su discurso fue la necesidad de replantear el sistema comercial internacional. “Ya nadie se acuerda de la Ronda de Doha. Actualmente, la OMC (Organización Mundial del Comercio) está paralizada debido a intereses geopolíticos y económicos”, afirmó Lula.
MÁS ACCIÓN – Al final de su intervención, Lula instó a los países del G20 a pasar del discurso a la acción. "Criticar sin actuar es un ejercicio estéril que acaba en desánimo. Pero admitir que hay grietas que reparar es el primer paso para construir algo mejor. Cada día que pasamos con una estructura internacional arcaica y excluyente es un día perdido para resolver las graves crisis que asolan a la humanidad. Estoy seguro de que todos los aquí presentes están comprometidos con el futuro de las Naciones Unidas y trabajarán arduamente en favor de un ‘Mundo Justo y un Planeta Sostenible’, como proclama el lema de nuestra presidencia del G20. Pueden contar con Brasil para promover un multilateralismo renovado y revitalizado", concluyó el presidente de Brasil.