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En la ONU, Lula insta a los líderes mundiales a luchar contra el hambre y el cambio climático
El presidente Lula durante su discurso en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. Foto: Ricardo Stuckert / PR
Al pronunciar su discurso el martes, 24 de septiembre, en la apertura de la 79.ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Luiz Inácio Lula da Silva reafirmó el mensaje de que el mundo debe atender con la urgencia y el compromiso necesario las cuestiones del cambio climático, la lucha contra el hambre y las desigualdades, y el fin de los conflictos armados. El mandatario brasileño también subrayó la necesidad de reformar la estructura de la ONU para que la institución sea más plural y capaz de representar los actuales desafíos globales.
“En esta sesión plenaria se hace eco de las aspiraciones de la humanidad. Aquí se desarrollan los grandes debates del mundo. En este foro buscamos respuestas a los problemas que afligen al planeta. Corresponde a la Asamblea General, máxima expresión del multilateralismo, la misión de allanar el camino hacia el futuro.”, subrayó el presidente. Tradicionalmente, Brasil es el primer país en intervenir en el debate general de las naciones, y el discurso del presidente brasileño marcó la novena vez que Lula abrió la Asamblea General de la ONU, evento del cual, durante sus tres mandatos, solo estuvo ausente en el año 2010.
La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza será uno de los principales resultados de la presidencia brasileña del G20 y está abierto a todos los países del mundo. Hoy en día el mundo produce alimentos más que suficientes para erradicarla. Lo que falta es crear las condiciones de acceso a los alimentos.”
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de la República
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SEGURIDAD ALIMENTARIA – La necesidad de que los líderes globales se unan claramente para erradicar el hambre en el mundo estuvo presente en gran parte del discurso del presidente Lula. “Los datos publicados hace dos meses por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo son estremecedores. El número de personas que pasan hambre en el mundo ha aumentado en más de 152 millones desde 2019. Esto significa que el 9% de la población mundial (733 millones de personas) está subnutrida. Las pandemias, conflictos armados, fenómenos climáticos y subvenciones agrícolas de los países ricos amplían el alcance de este flagelo”, afirmó el líder brasileño.
ALIANZA GLOBAL – Lula destacó el ejemplo exitoso de Brasil con respecto a este tema y la importancia de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa brasileña que será lanzada oficialmente durante la Cumbre del G20. “La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza será uno de los principales resultados de la presidencia brasileña del G20 y está abierto a todos los países del mundo. Hoy en día el mundo produce alimentos más que suficientes para erradicarla. Lo que falta es crear las condiciones de acceso a los alimentos. Este es el compromiso más urgente de mi Gobierno: acabar con el hambre en Brasil, como hicimos en 2014. Solo en 2023 sacamos a 24,4 millones de personas de la situación de inseguridad alimentaria severa.”, reafirmó.
GRANDES FORTUNAS – En otra medida prioritaria de la presidencia de Brasil al frente del G20, Lula criticó el crecimiento vertiginoso de las grandes fortunas y la actual política de tributación de los multimillonarios. “Mientras los Objetivos de Desarrollo Sostenible se quedan atrás, las 150 mayores empresas del mundo han obtenido en conjunto unos beneficios de 1,8 billones de dólares en los últimos dos años. Las fortunas de los 5 mayores multimillonarios se han más que duplicado desde principios de esta década, mientras que el 60% de la humanidad se ha empobrecido. Los superricos pagan proporcionalmente muchos menos impuestos que la clase trabajadora. Para corregir esta anomalía, Brasil ha insistido en la cooperación internacional para desarrollar unas normas mínimas de tributación global”, añadió.
CAMBIO CLIMÁTICO – Al abordar el cambio climático y señalar sus efectos drásticos en todo el mundo, Lula fue categórico: “El planeta no espera más para cobrárselo a la próxima generación y está harto de acuerdos climáticos incumplidos. Está cansado de que se ignoren las metas de reducción de las emisiones de carbono y de que la ayuda financiera a los países pobres no llegue. El negacionismo sucumbe ante la evidencia del calentamiento global”, advirtió.
El planeta no espera más para cobrárselo a la próxima generación y está harto de acuerdos climáticos incumplidos. Está cansado de que se ignoren las metas de reducción de las emisiones de carbono y de que la ayuda financiera a los países pobres no llegue. El negacionismo sucumbe ante la evidencia del calentamiento global”
Como ejemplo, Lula citó las inundaciones en Rio Grande do Sul y el grave estiaje en la Amazonia. También reafirmó el compromiso de alcanzar la deforestación cero en la Amazonia para 2030 y destacó el trabajo para penalizar a los responsables de los delitos medioambientales. El presidente también recordó otros fenómenos que han azotado recientemente al planeta, como huracanes en el Caribe, tifones en Asia, sequías e inundaciones en África y lluvias torrenciales en Europa, que han dejado un largo rastro de destrucción.
“En el sur de Brasil tuvimos la mayor inundación desde 1941. La Amazonia está atravesando la peor sequía de los últimos 45 años. Los incendios forestales se extienden por todo el país y ya han devorado 5 millones de hectáreas tan solo en el mes de agosto. Mi gobierno no externaliza responsabilidades ni abdica de su soberanía. Ya hemos hecho mucho, pero sabemos que tenemos que hacer más. Además de hacer frente al desafío de la crisis climática, luchamos contra quienes se benefician de la degradación del medio ambiente. No transigiremos con los delitos medioambientales, la minería ilegal o la delincuencia organizada. Redujimos la deforestación del Amazonas en un 50% en el último año y vamos a erradicarla para 2030”, subrayó Lula.
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VANGUARDIA – En el ámbito del medio ambiente, Lula destacó las potencialidades de Brasil, señalando que el país posee una de las matrices energéticas más limpias del mundo. “Brasil emerge como un semillero de oportunidades en este mundo revolucionado por la transición energética. El 90% de nuestra electricidad proviene de fuentes renovables como la biomasa, la hidroeléctrica, la solar y la eólica. Elegimos los biocombustibles hace 50 años, mucho antes de que la discusión sobre energías alternativas ganara tracción. Estamos a la vanguardia en otros nichos importantes, como la producción de hidrógeno verde. Es hora de enfrentar el debate sobre el lento ritmo de descarbonización del planeta y trabajar por una economía menos dependiente de los combustibles fósiles”, afirmó.
COP 30 – Al referirse a la importancia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que Brasil albergará el próximo año en la ciudad de Belém, Lula destacó la relevancia del multilateralismo y el compromiso con la limitación del aumento de la temperatura en el planeta. “Brasil será sede de la COP 30 en 2025, convencido de que el multilateralismo es el único camino para superar la emergencia climática. Nuestra Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) será presentada este año, de acuerdo con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura del planeta a un grado y medio”, adelantó.
REFORMA – Nuevamente se puso de relieve uno de los temas más presentes en los discursos del presidente brasileño en los foros internacionales, la urgente necesidad de reforma en las Naciones Unidas. “Estamos llegando al final del primer cuarto del siglo XXI con unas Naciones Unidas cada vez más vaciadas y paralizadas. Ha llegado el momento de reaccionar enérgicamente ante esta situación restituyendo a la Organización las prerrogativas que se derivan de su condición de foro universal. Los ajustes puntuales no bastan. Tenemos que contemplar una amplia revisión de la Carta.”, dijo Lula. “La exclusión de América Latina y África de los asientos permanentes del Consejo de Seguridad es un eco inaceptable de las prácticas de dominación del pasado colonial”, agregó, señalando además el hecho de que la ONU jamás ha tenido a una mujer en el cargo de secretario general de la entidad.
DISPUTAS GEOPOLÍTICAS – Al abordar los conflictos armados, Lula mencionó que los gastos en armamento siguen en aumento y criticó el hecho de que el uso de la fuerza, sin respaldo del Derecho Internacional, se haya convertido en una norma. Lula condenó el ataque terrorista de Hamas a Israel en octubre del año pasado, al tiempo que enfatizó la desproporción de la reacción israelí y el peligro de una escalada aún mayor del conflicto, ahora en Líbano. “Lo que comenzó como una acción terrorista de fanáticos contra civiles israelíes inocentes se ha convertido en el castigo colectivo de todo el pueblo palestino. Hay más de 40 mil víctimas mortales, en su mayoría mujeres y niños. El derecho de defensa se ha transformado en el derecho de venganza, lo que impide un acuerdo sobre la liberación de los rehenes y aplaza el alto al fuego”, afirmó. Lula también mencionó los conflictos entre Ucrania y Rusia, y en África, en Sudán y Yemen.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL – El presidente también abordó la importancia de un amplio debate sobre el uso de la inteligencia artificial de manera democrática, que fortalezca los aspectos culturales de todas las naciones. “Nos interesa una inteligencia artificial emancipadora que también tenga el rostro del Sur Global y que fortalezca la diversidad cultural. Que respete los derechos humanos, proteja los datos personales y fomente la integridad de la información. Y, sobre todo, que sea una herramienta para la paz, no para la guerra”, defendió Lula.