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ENERGÍA
El presidente Lula presenta la Política Nacional de Transición Energética, con la que se espera atraer BRL 2 billones
La Política Nacional de Transición Energética promoverá la organización y coordinación de la transición energética en Brasil, creando sinergia entre las políticas gubernamentales, como la Política Nacional de Cambio Climático y el Plan de Transformación Ecológica - Foto: Ricardo Stuckert/PR
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva presentó el lunes, 26 de agosto, la Política Nacional de Transición Energética (PNTE), aprobada en una reunión del Consejo Nacional de Política Energética (CNPE), la cual lideró junto con el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, quien preside el Consejo. Se estima que Brasil podrá recibir BRL 2 billones en inversiones en lo que se denomina economía verde, en un plazo de diez años.
“No vamos a desperdiciar el significado de esta cosa llamada transición energética. Este país ha desperdiciado muchas oportunidades. No podemos desperdiciar más oportunidades. Debemos tener en cuenta que tenemos todo. Tenemos todo lo que la naturaleza nos ofreció. Tenemos mano de obra calificada —aunque necesitamos aún más. Tenemos personas capacitadas técnicamente. En el sector energético, tenemos cientos de profesionales excelentes en este país. Podemos hacer lo que queramos”, destacó el presidente.
Lula señaló que Brasil ocupa una posición destacada a nivel mundial en cuanto al uso de fuentes limpias de energía, pero puede avanzar más. “Las personas nos respetan, porque podemos ir a cualquier lugar y decir: el 80% de nuestra energía eléctrica es renovable y el 51% de nuestra matriz total es renovable, y podemos llegar al 100%. ¿Quién se imaginaba, hace 30 años, que estaríamos hablando de biomasa, de biodiésel, de etanol, de hacer una transición energética, que vamos a tener energía eólica, solar y biodiésel verde?”, declaró.
NUEVA ECONOMÍA — La PNTE promoverá la organización y coordinación de la transición energética en Brasil, creando sinergia entre las políticas gubernamentales, como la Política Nacional de Cambio Climático y el Plan de Transformación Ecológica, con el objetivo de fortalecer la nueva economía global, generando empleo e ingresos en el país y promoviendo una transición justa e inclusiva.
"Brasil va a ser protagonista en el mundo de la nueva economía, la economía verde. La energía eólica, solar, hídrica, nuclear, biomasa, biodiésel, etanol, diésel verde, captura y almacenamiento de carbono, combustible sostenible para la aviación, hidrógeno verde. Es el renacimiento de la industria de Brasil sobre bases sostenibles. Significa añadir valor a los productos brasileños que se producen con energía limpia y renovable. Es la oportunidad de impulsar el uso de nuestro contenido local", subrayó Alexandre Silveira.
Silveira informó que el Nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (Novo PAC) cuenta con BRL 700 mil millones en inversiones previstas para la transición energética y recordó que el presidente Lula sancionó el marco legal del hidrógeno verde este mes. "Ya tenemos 27 gigavatios en proyectos de hidrógeno registrados en el Ministerio de Minas y Energía, los cuales aportarán BRL 200 mil millones en inversiones. Con los proyectos que estamos viabilizando y que no están en el PAC, aumentaremos aún más esa cifra y la presentaremos a Brasil", dijo.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, destacó el potencial de la transición energética para impulsar el desarrollo nacional. "El Ministerio de Minas y Energía, junto con el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, la Casa Civil y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, está cuidando el corazón que bombeará sangre al nuevo Brasil. Un nuevo Brasil que nacerá de un proceso de transformación ecológica, respaldado por la transición energética, y que irradiará una nueva energía que permitirá que el campo tenga un mejor desempeño, que la industria tenga un mejor desempeño, y en un ambiente de negocios favorecido por las reformas que se están llevando a cabo en el Congreso Nacional. Una de ellas, la más esencial de todas, es la reforma tributaria, que cambiará la calidad del crecimiento económico brasileño", afirmó.
COMERCIALIZACIÓN — El lunes, 26 de agosto, el CNPE deliberó sobre otras seis propuestas que pretenden crear nuevas oportunidades de desarrollo económico sostenible, principalmente en los sectores de petróleo y gas. Se aprobó una resolución que establece directrices adicionales a la política de comercialización del petróleo y del gas natural de Brasil. La norma crea condiciones para que el gas natural de Brasil llegue más cerca a los agentes consumidores, definiendo que la Empresa Brasileña de Administración del Petróleo y Gas Natural (PPSA), empresa estatal vinculada al Ministerio de Minas y Energía, pueda contratar el transporte y procesamiento del volumen de gas natural que le corresponde a Brasil en los contratos de reparto de producción.
El objetivo de esta resolución es optimizar el uso de insumos procedentes de los contratos de reparto de producción, impulsando la industrialización y fortaleciendo la seguridad en el suministro nacional de energía, insumos petroleros, fertilizantes nitrogenados y otros productos químicos.
"Lo que aprobamos hoy es el resultado efectivo de los esfuerzos del Programa Gas Para Emplear. Estamos equilibrando el mercado nacional del gas, ofreciendo mayor disponibilidad y precios moderados para el consumidor final", declaró Alexandre Silveira.
DESCARBONIZACIÓN — Otra medida autorizada por el CNPE es la resolución que establece directrices destinadas a la descarbonización de las actividades de exploración y producción de petróleo y gas natural en Brasil. Las normas incluyen el fomento del desarrollo tecnológico, la reducción de la quema de gas natural, el mantenimiento de la quema cero de rutina y la promoción del uso compartido de la infraestructura instalada, entre otros puntos.
COMBUSTIBLES — En otra deliberación, el CNPE aprobó una resolución que tiene como objetivo actualizar las directrices estratégicas para el desarrollo del mercado de combustibles, biocombustibles y derivados del petróleo en Brasil. El documento prevé el fortalecimiento de la capacidad de procesamiento nacional, que actualmente enfrenta desafíos debido a las importaciones significativas de derivados. Entre las directrices estratégicas enumeradas en la resolución se encuentran el aumento de la producción de biocombustibles, la expansión y modernización del parque de refinación, y la promoción de la transición energética.
También se deliberó sobre la creación de un Grupo de Trabajo (GT) para elaborar estudios especializados sobre los mercados de combustibles marítimos, combustibles de aviación y gas licuado del petróleo (GLP). El GT, coordinado por el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, estará compuesto por 17 instituciones y deberá establecer directrices de interés para la Política Energética Nacional relacionadas con este tema.
PRODUCCIÓN — El CNPE también aprobó dos resoluciones sobre la exploración de petróleo y gas natural en nuevos bloques. La primera define la manifestación de interés de la empresa Petróleo Brasileño S.A. (PETROBRAS) en el bloque Jaspe, que será licitado bajo el régimen de reparto de producción en el próximo Ciclo de Oferta Permanente. La resolución también establece que la empresa deberá ser la operadora obligatoria del bloque, con una participación mínima del 40%. Se estima que los ingresos por los bonos de firma generarán BRL 401 millones.
En cuanto a la segunda resolución, se aprobaron los parámetros técnicos y económicos de los bloques Rubí y Granada para la licitación bajo el régimen de reparto de producción en el sistema de Oferta Permanente. La medida reafirma la importancia de la exploración y la producción de petróleo y gas natural en el Polígono del Presal, responsable de la mayor parte de la producción nacional. Los parámetros para la oferta estiman bonos de firma que podrían generar ingresos de BRL 118 millones. Se espera que se inviertan más de BRL 60 mil millones, lo que podría generar más de 280 mil empleos directos e indirectos, además de ingresos gubernamentales de aproximadamente BRL 119 mil millones a lo largo de la vida útil de los proyectos.