Asciende a 146 el número de plantas frigoríficas brasileñas que pueden exportar a China

En el año en que Brasil celebra 50 años de relaciones diplomáticas con China, otras 38 plantas frigoríficas brasileñas han sido autorizados a vender carne al país asiático, según un comunicado de la Administración General de Aduanas de China (GACC, por sus siglas en inglés) enviado el martes 12 de mayo al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA, por sus siglas en portugués).

Se concedieron un total de 38 licencias, entre ellas ocho mataderos de pollos, 24 de vacuno, una planta de termoprocesado de bovinos y cinco almacenes - algo sin precedentes en el comercio de China - de los cuales uno es de vacuno, tres de pollo y uno de porcino.

Algunos de los establecimientos fueron auditados de forma remota en enero de este año, mientras que otros fueron evaluados de forma presencial en diciembre del año pasado. Los equipos técnicos chinos fueron recibidos y acompañados por representantes del MAPA.

"Este es un momento importante para ambas partes. China recibirá carne de calidad a precios competitivos, garantizando productos para su población, y Brasil tendrá la seguridad de generar empleos, oportunidades y crecimiento en la economía brasileña. Es un día histórico en la relación comercial Brasil-China, un día histórico para nuestro sector agropecuario", dijo el ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Fávaro.

En un vídeo divulgado, en compañía del presidente Lula, Fávaro celebró la apertura de 96 nuevos mercados para los productos agropecuarios brasileños desde que se inició su actual mandato. De ellos, 39 países aún no figuraban en la lista de socios comerciales de Brasil.

Mais uma boa notícia para o Brasil, fruto da retomada das boas relações com o mundo. Mais 38 frigoríficos brasileiros já podem exportar carnes para a China. Um dia histórico na relação comercial Brasil-China e também para o agronegócio do nosso país. Já abrimos 96 novos mercados… pic.twitter.com/6i92WA2KxC

— Lula (@LulaOficial) March 12, 2024

China es el principal destino de las exportaciones brasileñas de carne de vacuno, porcino y pollo, lo que hace que sea el mayor socio comercial en materia de proteína animal. En 2023, el país asiático importó 2,2 millones de toneladas de carne de Brasil, lo que representa un importe de más de 8,2 mil millones de dólares.

De acuerdo con el secretario de Comercio y Relaciones Internacionales, Roberto Perosa, la decisión de liberar las plantas para la exportación corresponde al gobierno chino, y le corresponde al MAPA cumplir con las condiciones en Brasil e informar al país comprador acerca de la lista de plantas que están disponibles para su aprobación.

"Se trata del mayor número de licencias concedidas de una sola vez en la historia. Es importante destacar el esfuerzo del ministro Carlos Fávaro en las negociaciones, así como el del Ministerio de Relaciones Exteriores y de nuestros agregados agrícolas en la Embajada de Brasil en China. Seguiremos trabajando para ampliar la lista de establecimientos exportadores", señaló Perosa.

"Este resultado histórico demuestra una vez más el reconocimiento de la calidad, la credibilidad y la confianza en el trabajo de la defensa agropecuaria brasileña", enfatizó el secretario de Defensa Agropecuaria, Carlos Goulart.

A principios de marzo de este año, Brasil contaba con 106 plantas autorizadas por China, de las cuales 47 eran de aves de corral, 41 de vacuno, 17 de porcino y 1 de asininos.

FIN DE LAS MEDIDAS ANTIDUMPING - Recientemente, tras la actuación del Gobierno brasileño, China notificó a Brasil que no renovaba la medida antidumping que se venía aplicando desde 2019 a las exportaciones brasileñas de carne de pollo. La medida, que imponía un recargo de entre el 17,8% y el 34,2% en función de la empresa exportadora, dejó de ser vigente el 17 del mes pasado.

Con el fin de la medida, las exportaciones brasileñas de pollo se han vuelto más competitivas en el mercado chino, creando oportunidades también para otros productores brasileños. Incluso con plantas frigoríficas autorizadas, los productores no podían competir eficazmente debido a los derechos antidumping que se les impusieron.