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CUMBRE DE LA AMAZONIA
Lula: valorizar el bosque es darle dignidad a las personas que viven en el
- Foto: Ricardo Stuckert (PR)
En un pronunciamiento a la prensa después de la conclusión de la serie de reuniones de la Cumbre de la Amazonia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo un balance positivo de los intercambios con los asociados latinoamericanos de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y con los países invitados que poseen bosques tropicales. Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela, Indonesia, República del Congo y República Democrática del Congo se unirán en voz única para negociar con el mundo, con mayor representatividad, los compromisos de financiamiento climáticos asumidos por los países ricos, de modo que logren explotar la biodiversidad de sus bosques y promover la inclusión social de los pueblos que viven en ellos.
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Declaración Presidencial con ocasión de la Cumbre Amazónica
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Comunicado Conjunto de los Países Forestales en Desarrollo en Belém
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Fotos en alta resolución
(Flickr)
DIGNIDAD – Según el presidente, negar la crisis climática que el mundo enfrenta es insensatez, y valorizar al bosque amazónico no es solo mantenerlo en pie, sino darle dignidad a las casi 50 millones de personas que viven en la región. Para esto, añadió, es necesario generar empleo y renta por medio del fomento a la ciencia, tecnología e innovación, del estímulo a la sociobioeconomía y de la valorización de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales y sus conocimientos ancestrales. Él afirmó, también, que no son los países dueños del bosque los que están necesitando de dinero y de financiamiento, sino la naturaleza.
“Vamos a la COP-28 con el objetivo de decirle al mundo rico que, si quieren preservar efectivamente lo que existe de bosque, es necesario poner dinero no solamente para cuidar de la copa del bosque, sino para cuidar del pueblo que vive allá abajo, que quiere trabajar, estudiar, comer, pasear, vivir decentemente. Es cuidando de este pueblo que vamos a cuidar del bosque”, expresó el presidente, recordando que la mayor parte de las tierras preservadas en Brasil está en territorio indígena, lo que, según él, es una demostración de que el país ya tiene a los fiscales naturales del bosque. “Es solo respetarlos y garantizarles a ellos condiciones de vida digna y decente”.
PAVIMENTO – En la sala de prensa montada específicamente para el evento, con más de 200 periodistas de medios de todo el mundo, el presidente brasileño contó que la Declaración de Belém, divulgada el martes (8/8), y el comunicado conjunto con los países invitados, publicado este miércoles, son pasos para una definición de una agenda común para pavimentar el camino hasta la COP-30, que sucederá en la capital paraense en noviembre del 2025.
Según él, los países trabajarán en dos frentes: uno para crear un mecanismo que remunere de forma justa y equitativa los servicios ambientales que los bosques tropicales le prestan al mundo y otro con el objetivo de definir un concepto internacional de sociobioeconomía que lleve a la certificación de productos oriundos del bosque.
La Cumbre de la Amazonia del 2023, según el presidente, generará frutos y será recordada en el futuro como un hito del desarrollo sostenible. “Lo que hicimos fue decirle al mundo que ya no aceptaremos que creen tesis que no sean puestas en práctica”, expresó, añadiendo que Brasil seguirá valorizando el diálogo con la sociedad civil, oyendo las voces de los pueblos indígenas, de ribereños y cimarrones, de mujeres y jóvenes y de todos los que luchan y arriesgan su vida para preservar la Amazonia.
Lula también destacó que, además de garantizar la protección, es importante pelear para expulsar del bosque al crimen organizado y al tráfico de drogas y armas. Según él, habrá mayor vigilancia policial en la extensa frontera seca de Brasil y convenios con los países vecinos para esta fiscalización.