Discurso del presidente Lula durante la 65.ª Cumbre del Mercosur en Montevideo
Felicito al presidente Lacalle Pou por la organización de esta Cumbre y por la gestión de los trabajos que la presidencia del Mercosur ha realizado durante este semestre.
Saludo al compañero Luis Arce, quien por primera vez representa a Bolivia como Estado Parte del Mercosur.
También le doy la bienvenida al presidente José Raúl Molino, de Panamá, que se convierte en el primer Estado Asociado del Mercosur en América Central.
Nos complace asimismo dar la bienvenida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Quisiera felicitar especialmente al pueblo uruguayo por las elecciones que llevaron a Yamandú Orsi a la presidencia de la República.
En un contexto de fuertes ataques a la democracia en diversas partes del mundo, Uruguay nos demuestra que se puede hacer política sin odio ni violencia.
Esta Cumbre tiene un significado especial.
Marca la culminación de las negociaciones del Acuerdo Mercosur-Unión Europea, en el cual nuestros países han invertido un enorme capital político y diplomático durante casi tres décadas.
Estamos creando una de las mayores zonas de libre comercio del mundo, integrada por más de 700 millones de personas.
En conjunto, nuestras economías representan un PIB de 22 billones de dólares.
El Acuerdo que finalizamos hoy es muy diferente del que se anunció en 2019.
Las condiciones que heredamos eran inaceptables.
Tuvimos que incorporar al Acuerdo temas de gran relevancia para el Mercosur.
Logramos preservar nuestros intereses en compras gubernamentales, lo que nos permitirá implementar políticas públicas en áreas como la salud, la agricultura familiar y la ciencia y tecnología.
Hemos ampliado el calendario de apertura de nuestro mercado automovilístico para salvaguardar la capacidad de desarrollo del sector industrial.
Hemos creado mecanismos para impedir la retirada unilateral de las concesiones alcanzadas en la mesa de negociaciones.
Estamos garantizando nuevos mercados para nuestras exportaciones y fortaleciendo los flujos de inversión.
Tras dos años de intensas tratativas, contamos ahora con un texto moderno y equilibrado que reconoce las credenciales ambientales del Mercosur y refuerza nuestro compromiso con los Acuerdos de París.
La realidad geopolítica y económica global demuestra que la integración fortalece nuestras sociedades, moderniza nuestras estructuras productivas y promueve nuestra inserción más competitiva en el mundo.
Nuestra agenda externa está reposicionando al Mercosur en el comercio internacional.
A finales de 2023, celebramos el acuerdo comercial con Singapur, el primero con un país asiático.
Hoy, también estamos sentando las bases para la futura liberalización comercial con Panamá, por donde pasa el 6% del comercio mundial.
Las negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos están avanzando rápidamente y se espera que finalicen en 2025.
La posibilidad de ampliar la cooperación económica y tecnológica con China, Japón, Vietnam y otros mercados asiáticos redundará en beneficio de todos los Estados miembros del bloque.
Señoras y señores,
Con la incorporación de Bolivia, el Mercosur se convierte en la séptima economía del planeta, con un PIB combinado de casi 3 billones de dólares.
El comercio entre nosotros moviliza la importante suma de 55 mil millones de dólares.
El 75 % de esta cifra corresponde a productos de alto valor agregado.
Nuestra fuerza de producción agrícola y ganadera nos convierte en garantes de la seguridad alimentaria en varios países del mundo, ya que cumplimos estrictas normas sanitarias y medioambientales.
No aceptaremos ningún intento de difamar la reconocida calidad y seguridad de nuestros productos.
El Mercosur es un ejemplo de cómo se puede conciliar el desarrollo económico con la responsabilidad medioambiental.
Brasil propondrá el lanzamiento de un programa de cooperación para la agricultura de bajas emisiones de carbono y la promoción de exportaciones agrícolas sostenibles, denominado "Mercosur Verde".
Nuestro bloque tiene la oportunidad histórica de liderar la transición energética y hacer frente a los desafíos que plantea el cambio climático.
Al igual que ocurrió con las inundaciones en varias regiones de Bolivia, todos hemos sufrido las devastadoras consecuencias de las severas sequías, los incendios y las inundaciones, que han tenido un profundo impacto económico, social y humano.
Las modificaciones del régimen de precipitaciones afectan a la producción agrícola, a los recursos hídricos y a la biodiversidad en todos los biomas.
El estancamiento de la COP16 sobre la biodiversidad, en Cali, y las dificultades para alcanzar un texto de consenso en la COP29 sobre clima, en Bakú, son una llamada de atención.
No hay alternativas para el planeta Tierra.
El principio de "responsabilidades comunes, pero diferenciadas" es esencial para promover la justicia climática.
Esto no impide que cada uno de nosotros contribuya, en la medida de sus posibilidades, a alcanzar la meta de limitar el aumento de la temperatura global a un grado y medio.
Brasil ya ha presentado sus nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, que abarcan todos los gases de efecto invernadero y todos los sectores económicos.
Nos hemos fijado la ambiciosa meta de reducir las emisiones entre un 59 % y un 67 % respecto a 2005 para 2035.
El año 2025 será especialmente relevante.
América del Sur será la sede de la COP 30 en Belém, en el estado de Pará, en la Amazonia brasileña.
Esto aumenta nuestra responsabilidad.
Invito a los países del Mercosur y países Asociados, así como a la Unión Europea, a que presenten NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) ambiciosas y a que participen activamente en los esfuerzos para garantizar el pleno éxito de la COP 30.
Señoras y señores:
Un Mercosur fuerte y unido es un Mercosur interconectado con América del Sur y con los grandes temas de la agenda global.
Los proyectos del FOCEM (Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur) son estratégicos para reducir las asimetrías y acercar aún más nuestros países.
Este mes, el Fondo ha aprobado el financiamiento del primer proyecto brasileño en 12 años. La carretera de circunvalación del municipio de Amambai, en el estado de Mato Grosso do Sul, reforzará los vínculos con Paraguay.
Brasil lanzó el proyecto "Rutas de Integración Sudamericana", con inversiones previstas en 190 obras en el país y en la región.
Las rutas tienen la función de interiorizar el desarrollo y reducir el tiempo y el costo del transporte de mercancías entre Brasil y sus vecinos, conectando los océanos Atlántico y Pacífico.
Quiero agradecer su participación en la Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro a todos los países miembros del Mercosur.
Tuvimos un fuerte apoyo para lanzar la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.
Nuestra actuación conjunta fue fundamental para la aprobación de un Llamamiento a la Acción para la Reforma de la Gobernanza Global.
Es esencial corregir la escasa representación de nuestra región en la ONU y en las organizaciones de Bretton Woods.
Estimadas amigas y amigos:
El Mercosur tiene un elemento crucial que le da fuerza, más allá de su dimensión económica y comercial: su gente.
Nuestra tarea es conseguir que la integración se perciba como una vía eficaz para conquistar y hacer efectivos los derechos.
Necesitamos recuperar la participación social en el bloque, que fue pionero en la incorporación de la sociedad civil a los debates gubernamentales.
Abogamos por el fortalecimiento del Instituto Social y del Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos.
Dichos órganos no pueden ver estranguladas sus actividades con el pretexto del ahorro de recursos.
Promover la igualdad de género, la lucha contra el racismo, el fomento de la educación y la justicia social no son gastos, sino inversiones.
Son inversiones en el potencial humano de nuestros países.
Este es el modelo de integración que defendemos: orientado a la reducción de las desigualdades dentro de los países y entre ellos.
Que induzca un crecimiento sostenible y que, al mismo tiempo, defienda los derechos humanos y el Estado Democrático de Derecho.
Un modelo que fomenta el diálogo y la cooperación frente a las discrepancias y las adversidades.
Con este espíritu, hace 33 años, el padre del presidente Lacalle Pou y los entonces presidentes de Brasil, Argentina y Paraguay firmaron el Tratado de Asunción, que sigue siendo clave para superar un pasado de autoritarismo en nuestra región.
La libertad, en todas sus manifestaciones, es un componente esencial de una democracia saludable.
Pero debe ir asociada a la protección de los derechos y libertades de los demás y a la del propio orden político.
La democracia en su plenitud es la base para promover sociedades pacíficas, libres de miedo y violencia.
Que en el Mercosur tengamos el sentido de justicia e inclusión de Pepe Mujica.
En un discurso histórico en la ONU en 2013, dijo y lo repito:
"Soy del sur y vengo a esta Asamblea desde el sur. Llevo inequívocamente a los millones de compatriotas pobres, en las ciudades, en los desiertos, en las selvas, en las pampas, en las depresiones de América Latina, la patria de todos que se está formando".
Presidente Lacalle Pou:
Le deseo lo mejor en sus nuevos cometidos a partir del próximo mes de marzo.
Reitero mi bienvenida al compañero Orsi y le aseguro que Brasil seguirá caminando codo a codo con Uruguay.
Deseamos éxito a la presidencia argentina que ahora comienza.
El Mercosur es y seguirá siendo un componente central de la inserción internacional de Brasil.
Cuenten con nosotros para fortalecerlo aún más.
Muchas gracias.