Discurso del presidente Lula en el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza
Estimadas amigas y amigos:
En primer lugar, quiero agradecerles su generosa presencia, con la cual transformaron Río de Janeiro en la capital del mundo durante los días 18 y 19 de noviembre.
Lo que vamos a debatir aquí es muy importante y estoy seguro de que, si asumimos la responsabilidad de estos problemas del hambre y la pobreza, podremos tener éxito en poco tiempo.
Por ello, quisiera decirles a todos: bienvenidos a Río de Janeiro. Disfruten de esta ciudad que es conocida como la Ciudad Maravillosa.
Esta ciudad es la síntesis de los contrastes que caracterizan a Brasil, a América Latina y al mundo.
Por un lado, la exuberante belleza de la naturaleza bajo los brazos abiertos del Cristo Redentor.
Un pueblo diverso, vibrante, creativo y acogedor.
Por otro, profundas injusticias sociales.
El retrato vivo de persistentes desigualdades históricas.
Estuve en la primera reunión de líderes del G20, convocada en Washington en el contexto de la crisis financiera de 2008.
Dieciséis años después, me entristece ver que el mundo está peor.
Tenemos el mayor número de conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial y el mayor número de desplazamientos forzosos jamás registrado.
Los fenómenos climáticos extremos están mostrando sus efectos devastadores en todos los rincones del planeta.
Las desigualdades sociales, raciales y de género se agudizan tras una pandemia que ha costado la vida a más de 15 millones de personas.
El máximo símbolo de nuestra tragedia colectiva es el hambre y la pobreza.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), convivimos con un contingente de 733 millones de personas subnutridas en el año 2024.
Eso es como si las poblaciones de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá juntas estuvieran pasando hambre.
Se trata de mujeres, hombres y niños cuyo derecho a la vida y a la educación, al desarrollo y a la alimentación se ven vulnerados a diario.
En un mundo que produce casi 6 mil millones de toneladas de alimentos al año, esto es inadmisible.
En un mundo en el que el gasto militar asciende a 2,4 billones de dólares, esto es inaceptable.
El hambre y la pobreza no son el resultado de la escasez o de fenómenos naturales.
El hambre, como decía el científico y geógrafo brasileño Josué de Castro, "es la expresión biológica de los males sociales".
Es el producto de decisiones políticas que perpetúan la exclusión de una gran parte de la humanidad.
El G20 representa el 85 % de los 110 billones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
También representa el 75 % de los 32 billones de dólares del comercio de bienes y servicios y dos tercios de los 8 mil millones de habitantes del planeta.
Corresponde a los que estamos alrededor de esta mesa la tarea ineludible de poner fin a este flagelo que avergüenza a la humanidad.
Por ello, hemos fijado como objetivo central de la presidencia brasileña del G20 el lanzamiento de una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.
Este será nuestro mayor legado.
No se trata únicamente de hacer justicia.
Se trata de una condición imprescindible para construir sociedades más prósperas y un mundo en paz.
No es casualidad que se trate de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1 y 2 de la Agenda 2030.
Con la Alianza se articularán recomendaciones internacionales, políticas públicas eficaces y fuentes de financiamiento.
Brasil sabe que es posible.
Con la participación activa de la sociedad civil, hemos concebido e implementado programas para la inclusión social, la promoción de la agricultura familiar y la seguridad alimentaria y nutricional, como nuestro programa asistencial Bolsa Família y el Programa Nacional de Alimentación Escolar.
Conseguimos salir del Mapa del Hambre de la FAO en 2014, al cual volvimos en 2022, en un contexto de desmontaje del Estado de bienestar social.
Con tristeza, al volver al Gobierno, me encontré un país con 33 millones de personas hambrientas.
En un año y once meses, el restablecimiento de estos programas ya ha sacado a más de 24,5 millones de personas de la pobreza extrema.
En 2026, volveremos a estar fuera del Mapa del Hambre.
Y con la Alianza haremos mucho más.
Aquellos que siempre han sido invisibles estarán en el centro de la agenda internacional.
Ya se han adherido 81 países, 26 organizaciones internacionales, 9 instituciones financieras y 31 fundaciones filantrópicas y organizaciones no gubernamentales.
Mi agradecimiento a todos los implicados en la concepción y en el funcionamiento de esta iniciativa, que ya han anunciado contribuciones financieras.
Ha sido un año de trabajo intenso, pero esto es solo el comienzo.
La Alianza nace en el G20, pero su destino es global.
Que esta cumbre esté marcada por el valor de actuar.
Por eso, quiero declarar oficialmente lanzada la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.
Muchas gracias.
Pues bien, estimados amigos, ahora vamos a dar inicio al debate entre los miembros del G20, empezando por los países de la troika. Por lo tanto, quisiera dar la palabra al primer ministro de la India, Narendra Modi, anterior presidente del G20.