Discurso del presidente de la República con motivo de la clausura de la Cumbre del G20 Social
Este es un momento histórico para mí y un momento histórico para el G20.
A lo largo de este año, el grupo ha ganado un tercer pilar, además de los pilares político y financiero: el pilar social, construido por ustedes.
Aquí toman forma la expresión y la voluntad colectivas, motivadas por la búsqueda de un mundo más democrático, justo y diverso.
De una forma inédita, los grupos de compromiso pudieron interactuar con los cancilleres y con los ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales de las mayores economías del planeta.
Tuve el placer de dialogar personalmente con los representantes de cada grupo.
En los últimos días, por primera vez en la trayectoria del G20, la sociedad civil de varias partes del mundo, en sus más diversas formas de organización, se reunió para formular y presentar sus demandas a la Cumbre de Líderes.
En los dieciséis años transcurridos desde la primera Cumbre, el G20 se ha consolidado como el principal foro de cooperación económica mundial y un importante foro de concertación política.
Pero la economía y la política internacional no son monopolio de especialistas ni de burócratas.
Estas no se encuentran solamente en las oficinas de la Bolsa de Nueva York o en la de São Paulo, ni en los despachos de Washington, Pekín, Bruselas o Brasilia.
Ambas forman parte de la vida cotidiana de cada uno de nosotros y amplían o reducen nuestras posibilidades.
Los miembros del G20 tienen el poder y la responsabilidad de hacer la diferencia para mucha gente.
Para las mujeres, fomentando el emprendimiento y la autonomía económica femenina, como ha hecho el Grupo de Trabajo sobre Empoderamiento.
Para los pueblos tradicionales e indígenas, mediante la promoción de productos de la biodiversidad, como ha hecho la Iniciativa sobre Bioeconomía.
Para los afrodescendientes, adoptando el Objetivo de Desarrollo Sostenible 18 sobre igualdad racial, como ha hecho el Grupo de Trabajo sobre Desarrollo.
Para el planeta, incentivando la ambición climática en línea con el objetivo de limitar el calentamiento global a un grado y medio, como ha hecho la Fuerza de Tarea sobre el Clima.
Nada de esto habría sido posible sin la contribución de todos los que están aquí hoy.
La presidencia brasileña no habría avanzado en las tres prioridades que eligió si no hubiera contado con la participación decisiva de las organizaciones y movimientos que integran el G20 Social.
La movilización permanente de todos ustedes será crucial:
- para impulsar el trabajo de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza y avanzar en la tributación de los superricos;
- para garantizar el cumplimiento de las metas de triplicar el uso de energías renovables y anticipar la neutralidad de las emisiones;
- y para llevar adelante nuestro Llamamiento a la Acción para la Reforma de la Gobernanza Global, garantizando instituciones multilaterales más representativas.
La presidencia brasileña del G20 dejará un sólido legado de logros, pero aún queda mucho por hacer para mejorar la vida de las personas.
Para llegar al corazón de los ciudadanos comunes, los gobiernos deben romper la creciente disonancia entre la "voz de los mercados" y la "voz de la calle".
El neoliberalismo ha exacerbado la desigualdad económica y política que azota actualmente a las democracias.
El G20 tiene que debatir una serie de medidas para reducir el costo de la vida y promover jornadas laborales más equilibradas.
Tiene que escuchar a la juventud, que se enfrentará a las consecuencias de las tareas que dejemos inacabadas.
Tiene que preservar el espacio público, para que el extremismo no provoque retrocesos ni amenace los derechos.
Tiene que comprometerse con la paz, para que las rivalidades geopolíticas y los conflictos no nos desvíen del camino del desarrollo sostenible.
Voy a llevar las recomendaciones que figuran en la declaración final que me entregaron a los demás líderes del G20 y voy a trabajar con Sudáfrica para garantizar que se tengan en cuenta en los debates del grupo.
Espero que este pilar social del G20 continúe en los próximos años, abriendo cada vez más nuestros debates a la participación ciudadana.
Esta ceremonia de clausura marca el inicio de una nueva etapa, que requerirá un trabajo continuo a lo largo de los 365 días del año y no solo en vísperas de las reuniones de líderes.
También cuento con la fuerza de voluntad y el dinamismo de la sociedad civil para otros dos eventos de los que Brasil será la sede el año que viene: la Cumbre del BRICS y la COP30.
Seguiremos construyendo juntos un mundo justo y un planeta sostenible.
Muchas gracias.