Declaración del presidente Lula a la prensa con motivo de la visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping
En uno de sus proverbios, Confucio nos habla sobre la alegría de recibir amigos de tierras lejanas.
Este es el sentimiento que tengo al recibir al presidente Xi Jinping en esta visita de Estado y poder corresponder la hospitalidad que mi esposa Janja y yo disfrutamos durante nuestra visita a Pekín el año pasado.
Nos reunimos en esta ocasión para celebrar el cincuentenario del establecimiento de las relaciones diplomáticas.
Aunque geográficamente lejanos, China y Brasil han cultivado una amistad estratégica, basada en intereses compartidos y visiones en común sobre el mundo durante medio siglo.
China es el mayor socio comercial de Brasil desde 2009. En 2023, el comercio bilateral alcanzó la cifra histórica de USD 157 mil millones.
El superávit con China representa más de la mitad de la balanza comercial global de Brasil.
El país también destaca como una de las principales fuentes de inversión en Brasil.
Empresas chinas han participado en licitaciones de proyectos de infraestructura y han sido socias en iniciativas como la construcción de centrales hidroeléctricas y ferrocarriles.
Esto ha generado empleo, ingresos y sostenibilidad para Brasil.
Las industrias brasileñas también están ampliando su presencia en China, como es el caso de las empresas WEG, Suzano y Randon.
Al mismo tiempo, el sector agroindustrial brasileño sigue garantizando la seguridad alimentaria del país asiático. Desde 2017, Brasil es el principal proveedor de alimentos de China.
En este contexto, se prevé que la empresa BRF invierta aproximadamente USD 80 millones en la adquisición de una moderna planta de procesamiento de carnes en la provincia de Henan, China.
La dimensión estratégica de nuestra relación es antigua.
Hace 40 años se inició el Proyecto Satelital Sino-Brasileño de Recursos Terrestres, fundamental para que domináramos las tecnologías aeroespaciales.
Este proyecto fue, durante mucho tiempo, la mayor asociación de cooperación entre países del Sur Global.
Esta visita de Estado refuerza nuestra ambición y renueva el carácter pionero de nuestra relación.
El presidente Xi y yo hemos decidido elevar la Asociación Estratégica Global al nivel de una Comunidad de Futuro Compartido por un Mundo más Justo y un Planeta Sostenible.
Estamos determinados a fundamentar nuestra cooperación para los próximos 50 años en áreas como infraestructura sostenible, transición energética, inteligencia artificial, economía digital, salud y el sector aeroespacial.
Por esta razón, estableceremos sinergias entre las estrategias brasileñas de desarrollo, como la Nueva Industria Brasil (NIB), el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el Programa Rutas de Integración Sudamericana y el Plan de Transformación Ecológica, y la Iniciativa del Cinturón y la Ruta.
Para concretar estas sinergias, se crearán una Fuerza de Tarea sobre Cooperación Financiera y otra sobre Desarrollo Productivo y Sostenible, que deberán presentar proyectos prioritarios en un plazo de hasta dos meses.
Queremos fortalecer la cadena de valor en nuestro territorio, además de ampliar y diversificar nuestra agenda con nuestro mayor socio comercial.
En el marco de esta visita, se firmaron aproximadamente 40 acuerdos internacionales en áreas como el comercio, la agricultura, la industria, las inversiones, la ciencia y la tecnología, las comunicaciones, la salud, la energía, la cultura, la educación y el turismo.
En 2026 celebraremos el Año Cultural Brasil-China, con el objetivo de promover y acercar nuestras sociedades, reconocidas internacionalmente por su rica diversidad y creatividad.
En el ámbito regional, trabajaremos juntos para dar continuidad al Diálogo Mercosur-China y debatir cómo fortalecer la cooperación en el área de las inversiones.
Lo que China y Brasil hacen juntos tiene repercusión mundial.
Mantenemos una fructífera coordinación en la ONU, en la OMC y en foros como el G20, el BRICS y el BASIC.
Defendemos la reforma de la gobernanza global y un sistema internacional más democrático, justo, equitativo y sostenible desde el punto de vista medioambiental.
En un mundo lleno de conflictos armados y tensiones geopolíticas, China y Brasil ponen la paz, la diplomacia y el diálogo en primer lugar.
Agradecí el compromiso con el Llamamiento a la Acción para la Reforma de la Gobernanza Global que Brasil presentó en el marco del G20.
Los "Entendimientos Comunes entre Brasil y China para una Resolución Política de la Crisis en Ucrania" son un ejemplo de la convergencia de visiones en materia de seguridad internacional.
Jamás superaremos el flagelo del hambre mientras prevalezca la insensatez de las guerras.
La Alianza Global contra el Hambre, lanzada oficialmente hace dos días, es una de las iniciativas más importantes de la presidencia brasileña del G20.
China fue un socio muy importante en este esfuerzo para devolver la dignidad a los 733 millones de personas que pasan hambre en el mundo, en pleno siglo 21.
Sin paz, el planeta tampoco estará en condiciones de construir soluciones a la crisis climática.
El interés de China en el Fondo Bosques Tropicales para Siempre, propuesto por Brasil para remunerar la preservación de estos biomas, confirma que existen alternativas eficaces para financiar el desarrollo sostenible.
Señoras y señores:
Estoy seguro de que la alianza que el presidente Xi y yo establecimos hoy superará todas las expectativas y allanará el camino para una nueva etapa en nuestra relación bilateral.
Espero recibir al presidente Xi Jinping en Brasil el próximo año, tanto para la Cumbre del BRICS, en julio, como para la COP30, en noviembre.
Y me complace volver a visitar a China con motivo del Foro China-CELAC.
¡Muchas gracias!