Discurso del presidente Lula en la Sesión Plenaria Abierta de la XVI Cumbre del BRICS en Rusia
Aunque no esté personalmente en Kazán, quiero manifestar mi satisfacción por dirigirme a mis compañeros del BRICS. Quiero agradecer a los miembros del grupo el apoyo prestado a la presidencia brasileña del G20.
Su respaldo ha sido fundamental para avanzar en iniciativas cruciales a fin de reducir las desigualdades, como gravar a los superricos.
Nuestros países han implementado en las últimas décadas políticas sociales de éxito que pueden servir de ejemplo al resto del mundo.
La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza ya se encuentra en una fase avanzada de adhesiones.
Invito a todos a sumarse a la iniciativa, que nació en el G20, pero está abierta a otros participantes.
El BRICS es un actor ineludible en la lucha contra el cambio climático.
No cabe duda de que la mayor responsabilidad recae en los países ricos, cuyo historial de emisiones ha culminado en la crisis climática que hoy nos aflige.
Es necesario ir más allá de los 100 mil millones anuales prometidos y no cumplidos, y fortalecer las medidas de monitoreo de los compromisos adquiridos.
Los datos de la ciencia expresan un sentido de urgencia sin precedentes.
El planeta es uno solo y su futuro depende de la acción colectiva.
También corresponde a los países emergentes hacer su parte para limitar el aumento de la temperatura global a un grado y medio.
En la COP30 en Belém, vamos a demostrar juntos que es posible conciliar una mayor ambición en nuestras Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional con el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas.
En la presidencia brasileña del BRICS, queremos reafirmar la vocación del bloque en la lucha por un mundo multipolar y por relaciones menos asimétricas entre los países.
No podemos aceptar la imposición de "apartheids" en el acceso a vacunas y medicamentos, como ocurrió durante la pandemia, ni en el desarrollo de la Inteligencia Artificial, que va camino de convertirse en privilegio de unos pocos.
Tenemos que fortalecer nuestras capacidades tecnológicas y favorecer la adopción de marcos multilaterales no excluyentes en los que la voz de los gobiernos prevalezca sobre los intereses privados.
El BRICS ha sido responsable de una parte significativa del crecimiento económico mundial en las últimas décadas.
Juntos, somos más de 3,6 mil millones de personas, que formamos parte de mercados dinámicos con una gran movilidad social.
Representamos el 36% del PIB mundial en términos de paridad de poder de compra. Tenemos el 72% de las tierras raras del planeta, el 75% del manganeso y el 50% del grafito.
Sin embargo, los flujos financieros siguen dirigiéndose a las naciones ricas.
Es un Plan Marshall a la inversa, en el que las economías emergentes y en desarrollo financian al mundo desarrollado.
Las iniciativas e instituciones del BRICS rompen esta lógica.
La actuación del Consejo Empresarial ha contribuido a ampliar el comercio entre nosotros.
Las exportaciones brasileñas a los países del BRICS se multiplicaron por doce entre 2003 y 2023.
El BRICS es actualmente el origen de casi un tercio de las importaciones de Brasil.
La Alianza Empresarial de Mujeres está creando redes para fomentar el empoderamiento económico femenino y combatir las desigualdades de género que persisten.
A través del Mecanismo de Cooperación Interbancaria, nuestros bancos nacionales de desarrollo van a establecer líneas de crédito en moneda local, lo que reducirá los costos de transacción para las pequeñas y medianas empresas.
El Nuevo Banco de Desarrollo (o NDB), que este año cumple diez años, ha invertido en la infraestructura necesaria para fortalecer nuestras economías y promover una transición justa y soberana.
Bajo el liderazgo de la compañera Dilma Rousseff, el NDB tiene actualmente una cartera de casi 100 proyectos y un financiamiento de alrededor de 33 mil millones de dólares.
Se concibió para tener éxito donde las instituciones de Bretton Woods siguen fallando.
En lugar de ofrecer programas que imponen condicionalidades, el NDB financia proyectos alineados con las prioridades nacionales.
En lugar de agravar las disparidades, su gobernanza se basa en la igualdad de voto.
Ahora es el momento de avanzar en la creación de medios de pago alternativos para las transacciones entre nuestros países.
No se trata de sustituir nuestras monedas. Pero debemos trabajar para que el orden multipolar al que aspiramos se refleje en el sistema financiero internacional.
Este debate debe abordarse con seriedad, cautela y solidez técnica, pero no puede aplazarse por más tiempo.
Muchos insisten en dividir el mundo en amigos y enemigos. Pero a los más vulnerables no les interesan las dicotomías simplistas.
Lo que quieren es comida en abundancia, trabajo digno y escuelas y hospitales públicos con acceso universal y de calidad.
Es un medio ambiente sano, sin fenómenos climáticos que pongan en riesgo su supervivencia.
Es una vida de paz, sin armas que victimicen a los inocentes.
Como dijo el presidente Erdogan en la Asamblea General de la ONU, Gaza se ha convertido en "el mayor cementerio de niños y mujeres del mundo".
Esta insensatez se extiende ahora a Cisjordania y Líbano.
Evitar una escalada e iniciar negociaciones de paz también es crucial en el conflicto entre Ucrania y Rusia.
En un momento en el que nos enfrentamos a dos guerras con potencial para convertirse en globales, es fundamental recuperar nuestra capacidad de trabajar juntos en aras de objetivos comunes.
Por ello, el lema de la presidencia brasileña será "Fortaleciendo la Cooperación del Sur Global para una Gobernanza más Inclusiva y Sostenible”.
Compañeros, espero verlos en la próxima Cumbre para construir otro capítulo de nuestra historia común.
Muchas gracias al presidente Putin y muchas gracias a los compañeros que están en Kazán.