Declaración a la prensa del presidente Lula durante la visita de Estado a Chile
Estimado compañero Gabriel Boric, presidente de la República de Chile. Estimado compañero Alberto, ministro de Relaciones Exteriores de Chile; Mauro Vieira, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil; Sebastián Depolo, embajador de Chile en Brasil; y Paulo Pacheco, embajador de Brasil en Chile. Compañeros ministros, secretarios y miembros del Gobierno chileno. Compañeros ministros, secretarios y compañeros que hacen parte del Gobierno brasileño. Compañeros de la prensa, compañeras.
He celebrado muchas reuniones y pronunciado muchos discursos, en casi todos los países del mundo. Pero, cada vez que vengo a Chile, y vine a Chile siete veces en mis otros dos mandatos, y recibí al camarada Boric dos veces desde que tomé posesión de la presidencia. Estaba en deuda conmigo mismo, me debía una visita a Chile, porque cuando volví a la presidencia en 2023, Brasil estaba y América del Sur estaba muy diferente de la América del Sur que dejamos en 2010.
El sueño de la integración, el sueño del crecimiento económico, el sueño de crear instituciones multilaterales que pudieran darnos protección, de crear un bloque económico, un bloque político, un bloque científico y tecnológico, todo esto se había quedado en el olvido. Nuestro país sufrió un retroceso muy, muy grande. Es decir, Brasil había dejado atrás el hambre en 2014, y cuando volvimos diez años después, había 33 millones de personas en el Mapa del Hambre. Y, en tan solo 18 meses, hemos sacado a 24 millones de personas del Mapa del Hambre. Y vamos a acabar con el hambre de nuevo, porque el hambre no es un fenómeno de la naturaleza. El hambre es una falta de vergüenza de quienes gobiernan los países de todo el mundo, porque podríamos acabar fácilmente con el hambre.
Dicen que los países no tienen amigos, tienen intereses. Este no es nuestro caso.
Es común escuchar en Brasil que mantenemos una amistad ilimitada con Chile, porque aún sin fronteras físicas tenemos una asociación diversa e integral.
Por eso decidimos celebrar el 22 de abril – fecha en que establecimos nuestras relaciones diplomáticas, en 1836 – el Día de la Amistad Brasil-Chile.
Nuestra relación bilateral tiene vocación regional y global.
Estamos agradecidos con Chile por liderar el seguimiento de la Reunión de Presidentes de América del Sur el semestre pasado.
Para Brasil, la convergencia entre el Consenso de Brasilia y UNASUR es un objetivo que queremos perseguir.
La integración sudamericana es una realidad que marca una diferencia en la vida de las personas, como lo demuestran el acuerdo de exención de tarifas de roaming que firmamos el año pasado y el acuerdo de reconocimiento recíproco de permisos de conducir que firmamos hoy.
Los desafíos que plantean los desastres naturales y el crimen organizado atraviesan países.
Los incendios de 2023 en Chile y las inundaciones de este año en el sur de Brasil ponen en jaque el negacionismo climático y refuerzan la necesidad de cooperación.
La propuesta chilena de establecer un mecanismo regional de respuesta a desastres cuenta con nuestro apoyo.
Sin colaboración tampoco es posible combatir la delincuencia.
Hoy firmamos un tratado de extradición e instruimos a nuestros equipos a ampliar las acciones de inteligencia y las operaciones conjuntas.
Integración significa conexión.
Fue el aumento del número de vuelos lo que permitió que el flujo de turistas entre nuestros países llegara casi a duplicarse el año pasado.
Con el plan de trabajo turístico que firmamos hoy, Chile tiene todo lo necesario para consolidarse como uno de los destinos más buscados por los brasileños.
Mi gobierno está comprometido a conectar toda América del Sur a través de cinco rutas viales principales, dos de las cuales incluyen a Chile.
Brasil puede ser la puerta de entrada de Chile a África. Chile puede ser el puente de Brasil hacia Asia.
Tenemos un acuerdo de facilitación del comercio cuya implementación avanzó en 2023, adecuando procedimientos para la venta de carne, y que avanzará en otros sectores, como el de cosméticos, este año.
Somos actores ineludibles en el debate sobre el cambio climático, debido a nuestros vínculos con dos de los biomas más importantes del planeta.
El riesgo de que la Amazonia y la Antártica alcancen puntos de no retorno nos afecta directamente.
Ambos apostamos por el potencial de la bioeconomía y queremos profundizar el ya sólido historial de colaboración entre nuestras estaciones antárticas.
En Brasil, tenemos una Amazonia verde, en la selva, y otra azul, en el océano Atlántico.
La diplomacia turquesa de Chile, que fusiona los dos colores en la preocupación común por el uso sostenible de los recursos naturales, es una inspiración para nosotros.
Reafirmé nuestro apoyo a la candidatura de Valparaíso para ser sede de la secretaría del Tratado de Alta Mar, que protegerá la biodiversidad marina.
Agradecí al presidente Boric el apoyo a la elección de la científica Letícia Carvalho como secretaria general de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
Por primera vez tendremos a una mujer, negra y latinoamericana, velando por este patrimonio común de la humanidad.
Otro ejemplo chileno es su política exterior feminista, que es pionera.
Con el memorándum firmado por nuestras academias diplomáticas, trabajaremos juntos para que las mujeres tengan una mayor voz en la diplomacia.
Con la agencia espacial de Cerrillos, cuya primera piedra pondremos mañana, inauguraremos un nuevo capítulo de colaboración en ciencia y tecnología.
Debatimos la necesidad de construir habilidades y regular la Inteligencia artificial, para que todos puedan acceder a sus beneficios y mitigar sus riesgos.
También discutimos una asociación prometedora en la transición energética.
Al integrar cadenas de hidrógeno verde, minerales críticos y vehículos eléctricos, estaremos en condiciones de agregar valor a nuestra producción y ocupar posiciones destacadas en el mercado internacional.
La convergencia entre nosotros es tal que Chile ha sido el país invitado al mayor número de grupos de trabajo por parte de la presidencia brasileña del G20.
Invité al presidente Boric a participar en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro y recibí con mucha satisfacción su disposición a integrar la Alianza Global de Lucha contra el Hambre y la Pobreza.
Ambos creemos que la política de valorización del salario mínimo es fundamental para que los beneficios del desarrollo se compartan con todos.
El presidente Boric es un aliado natural en la garantía de los derechos de los trabajadores y espero que pueda sumarse a la asociación que lancé, el año pasado, con el presidente Biden.
Nuestros ideales convergen en la defensa intransigente de la democracia.
Por ello, tuve el placer de invitar al presidente Boric a la reunión de líderes democráticos contra el extremismo, que Pedro Sánchez y yo organizaremos en Nueva York, en el contexto de la Asamblea General de la ONU.
También expuse las iniciativas que he emprendido con los presidentes Gustavo Petro y López Obrador respecto al proceso político venezolano.
El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve a defender la transparencia de los resultados.
El compromiso con la paz es lo que nos lleva a convocar a las partes al diálogo y promover el entendimiento entre el gobierno y la oposición.
Hoy, mientras el presidente Boric me guiaba por el Salón Democracia y Memoria y me presentaba la grabación del último discurso de Salvador Allende, lamenté que Brasil tenga en su historia la triste mancha de haber apoyado la dictadura chilena.
Sabemos que la arbitrariedad es enemiga del bienestar y que la democracia no se sostiene sin un Estado que garantice derechos.
En los últimos años, Brasil ha experimentado una versión mezquina de la misma combinación de autoritarismo político y neoliberalismo económico.
Brasil y Chile están comprometidos en actuar juntos para construir un mundo más justo y solidario.
Como dijo el gran Pablo Neruda al recibir su Nobel: “Nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza, pero no hay luchas ni esperanzas solitarias”.
Quisiera, presidente Boric, finalizar nuestra comunicación a la prensa diciéndole a la prensa chilena y a la prensa brasileña, que está cubriendo este evento, que Brasil ha salido del apagón diplomático al que se vio sometido entre 2018 y 2022. Brasil no mantenía relaciones con nadie y Brasil intentaba ofender a los demás, a los aliados. Y Brasil quedó totalmente aislado. Nadie quería visitar Brasil y nadie quería recibir al presidente de Brasil.
Cuando regresé a la presidencia, volví con un gran deseo de intentar recrear una conciencia política entre nuestros pueblos sobre la necesidad de formar una estructura más organizada para la integración en América del Sur. No podemos seguir dándonos la espalda. Tenemos que investigar, explorar y estudiar todo lo que podemos hacer juntos.
Tenemos que estudiar nuestras similitudes, tenemos que hacer que las cosas sucedan a favor de nuestro sueño de una América Latina unida, una América del Sur unida, un bloque económico, pero también un bloque cultural, y además un bloque científico y tecnológico. En otras palabras, no podemos darnos la espalda los unos a los otros.
No es posible, que estando al lado de los países hispanoamericanos de América Latina, Brasil sea el gran enemigo. Y no es posible, por parte de Brasil, que América del Sur sea tan insignificante. Creo que hubo un error histórico, y estamos intentando corregirlo.
Boric, en la campaña de 2003, hicimos una campaña contra el ALCA, diciendo que no queríamos implantar el ALCA en América del Sur, porque el ALCA no sustituiría al Mercosur, sino que empobrecería nuestra relación comercial. Conseguimos ganar las elecciones y acabamos con el ALCA, fortalecimos el Mercosur. Si tienen alguna duda, no tienen más que analizar los datos económicos de lo que ha ocurrido con la integración de América del Sur.
Lo que ocurrió con el comercio con la UNASUR fue un crecimiento extraordinario, pasamos de USD 15 a casi 89 mil millones en comercio exterior con América Latina, pasamos de USD 15 a 50 mil millones en América del Sur.
Así que, compañero Boric, estoy convencido de que nuestra visita de ahora a Chile, esta composición de ministerios que me acompaña, sirve para decirles a nuestros compañeros de Chile: tengan la seguridad de que no seremos los mismos de antes, queremos más. Queremos más en beneficio de los chilenos y en beneficio de los brasileños, queremos más en beneficio de la ciencia y la tecnología en Brasil y también de la ciencia y la tecnología en Chile. Queremos más para la cultura brasileña y para la cultura chilena. Queremos más para los empresarios brasileños y para los empresarios chilenos.
Lo que realmente queremos es más para el pueblo chileno y más para el pueblo brasileño. Lo que queremos construir es una relación plena, donde no haya dudas, donde cualquier pequeño desacuerdo no pueda poner en peligro los acuerdos importantes y las cosas más grandes que tenemos que hacer.
Vengo de un partido político que vive la diversidad todos los días. Es decir, si hay un ciudadano en el planeta Tierra que ha aprendido a vivir democráticamente en la diversidad, ese soy yo, porque en mi partido teníamos 19 tendencias que pensaban diferente y en cada reunión íbamos y trabajábamos para que pudiéramos aprobar una posición única y se aprobaba.
Lo mismo ocurre en política exterior. Cada país tiene su propia cultura, cada país tiene sus propios intereses, cada país tiene sus propios matices políticos. No podemos esperar que todos digan lo mismo, que piensen lo mismo. No somos iguales, somos diferentes y eso es extraordinario, porque la diferencia nos permite intentar encontrar nuestras similitudes, las cosas que nos ayudan.
Entonces, Boric, ten la certeza: la relación Brasil-Chile nunca será la misma de antes, tiene que mejorar en todos los campos, sobre todo en la política, sobre todo en la relación de amistad, sobre todo en el pensamiento de que el pueblo chileno merece más y el pueblo brasileño merece más.
Cuando me vaya de Chile, mañana, después de la colocación de la piedra fundamental del centro espacial, quiero que sepan que volveré a Brasil para decirles a mis compañeros: ha comenzado una nueva era en las relaciones entre Chile y Brasil.
Muchas gracias.