Declaración a la prensa del presidente Lula con motivo de la visita de Estado del presidente de Italia, Sergio Mattarella
Es para mí un gran placer poder corresponder a la hospitalidad con la que me recibió en Italia el presidente Mattarella el año pasado.
Este año, de nuevo, con motivo del G7, fui generosamente recibido por la primera ministra Giorgia Meloni.
El presidente Sergio Mattarella llega a Brasil, por primera vez, en un momento especialmente auspicioso.
Esta visita representa el punto culminante de la celebración de los 150 años de la inmigración italiana a Brasil, lo que ha hecho que las trayectorias de nuestros países sean para siempre inseparables.
Estos lazos se refuerzan con muestras de amistad y solidaridad, como ocurrió en relación con las inundaciones que afectaron a Rio Grande do Sul.
Estamos muy agradecidos por la donación de 25 toneladas de ayuda humanitaria que hemos recibido del Gobierno de Italia.
El material donado ha aliviado, sin duda, la enorme pérdida sufrida por la población de Rio Grande do Sul, entre la que se encuentra gran parte de los más de 35 millones de descendientes de italianos que hay en Brasil.
Como presidentes del G20 y del G7, respectivamente, Brasil e Italia tienen la oportunidad de liderar la búsqueda de soluciones a problemas compartidos.
En la reunión de hoy hemos debatido algunos de los complejos desafíos de la actualidad.
Expresé mi satisfacción por la victoria de las fuerzas progresistas en las recientes elecciones en el Reino Unido y Francia. Ambas son fundamentales para la defensa de la democracia y de la justicia social frente a las amenazas del extremismo.
La guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza demuestran que renunciar al diálogo y a la diplomacia acarrea consecuencias nefastas.
Italia, país sede de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y del Programa Mundial de Alimentos, ha invitado a Brasil a formar parte del Grupo de Trabajo sobre Seguridad Alimentaria del G7.
He correspondido a la confianza invitando a Italia a unirse a la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza que lanzaremos en Brasil en ocasión del G20.
Los pioneros mecanismos italianos de conversión de deuda en alimentos serán muy valiosos para nuestra iniciativa.
Otra causa que nos une es la transición justa, especialmente nuestra convicción del potencial de la bioenergía.
Vamos a seguir trabajando juntos en la Alianza Global de Biocombustibles lanzada el año pasado en la India para difundir el conocimiento y la tecnología necesarios para ampliar el uso de esta alternativa.
Italia y Brasil figuran entre las diez mayores economías del mundo.
Dos países de esta importancia deben tener un flujo comercial y de inversiones acorde con su riqueza.
Nuestro flujo comercial, de aproximadamente (USD) 10 mil millones, acaba de volver a los niveles de hace una década.
Compartí con el presidente Mattarella el deseo de diversificar la agenda y aumentar las exportaciones brasileñas.
La próxima reanudación de las actividades del Consejo Brasil-Italia para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Industrial y Financiero podría contribuir en gran medida a ello.
Al igual que hice en la reciente Cumbre del Mercosur en Asunción, reiteré al presidente italiano el interés de Brasil en concluir cuanto antes un acuerdo con la Unión Europea que sea equilibrado y contribuya al desarrollo de ambas regiones.
Le expliqué que el avance de las negociaciones depende de que los europeos resuelvan sus propias contradicciones internas.
Medidas como la tasa del carbono impuesto unilateralmente por la Unión Europea podrían afectar a cinco de los diez productos brasileños más exportados al mercado italiano.
La reducción de las emisiones de CO2 es imperativa, pero no debe hacerse sobre la base de medidas unilaterales que repercutirán en la vida de los productores brasileños y de los consumidores italianos.
Italia es una importante fuente de inversión para Brasil: las casi 1.500 empresas italianas establecidas aquí generan más de 150 mil empleos directos.
Desde el inicio de este mandato estamos trabajando para atraer aún más inversiones. Vemos un renovado interés en Brasil por parte de la industria automovilística.
El año pasado, el grupo Stellantis, resultado de la fusión de las empresas Fiat Chrysler y Peugeot, anunció una inversión de BRL 30 mil millones para modernizar y ampliar sus fábricas en Brasil.
Es la mayor inversión en la industria automovilística en toda América del Sur.
Un sector en el que Italia se encuentra bien posicionada es el de la energía.
Los parques eólicos y fotovoltaicos de las empresas italianas y su interés por el hidrógeno verde muestran el potencial que se puede explotar en este ámbito.
Un ejemplo es la inversión que ha realizado la multinacional italiana Ente Nazionale per l'Energia Elettrica- ENEL (Ente Nacional para la Energía Eléctrica), de más de BRL 2 mil millones, en el Complejo Eólico de Aroeira, en Bahía.
Abrir nuevos frentes de cooperación no significa abandonar nuestra tradicional colaboración en otros ámbitos.
En el pasado, la cooperación tecnológica en el desarrollo del caza AMX permitió que la Empresa Brasileña de Aeronáutica, S.A., (Empresa Brasileira de Aeronaves – EMBRAER) diera un salto en la producción de aviones a reacción.
En la actualidad, la empresa está en condiciones de colaborar con la fuerza aérea italiana suministrando aeronaves C-390 Millennium.
El mayor factor impulsor de los vínculos entre Italia y Brasil son nuestras sociedades.
Y nos interesa acercarlas mediante medidas sencillas que favorezcan este intercambio.
Por eso me complace que hayamos firmado hoy un acuerdo sobre el reconocimiento recíproco de las licencias de conducir.
Espero que este instrumento fomente el turismo y los negocios y facilite la rutina de los brasileños que viven en Italia y la de los italianos que viven en Brasil.
La Universidad de São Paulo (USP) y la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA, por sus siglas en portugués) también han firmado hoy Memorandos de Entendimiento con la Universidad de Turín en los ámbitos de cooperación académica e investigación en segmentos de la cadena agroalimentaria.
En 2007, durante mi segundo mandato, firmamos una alianza estratégica que dio un nuevo impulso a la relación Brasil-Italia.
Quiero que esta visita represente la renovación de esta alianza, inaugurando un período de contacto intenso y dinámico entre Brasil e Italia.
El presidente Mattarella también visitará Rio Grande do Sul, Río de Janeiro, São Paulo y Salvador en su primera visita a Brasil.
Estoy seguro de que él podrá formarse una buena perspectiva de la diversidad, las riquezas culturales y naturales y el potencial de nuestro querido Brasil.
Muchas gracias.