Discurso del presidente Lula en el segmento externo de la Cumbre del G7, en Italia
Quiero agradecer a la primera ministra Giorgia Meloni por la invitación para participar en este segmento ampliado.
En la última reunión similar en la que participé en Italia, en la Cumbre de L'Aquila en 2009, enfrentábamos una crisis financiera global que expuso los errores del neoliberalismo.
Hoy Brasil preside el G20 en un contexto de múltiples y nuevos desafíos.
Conducir una revolución digital inclusiva y luchar contra el cambio climático son dilemas existenciales de nuestro tiempo.
Tenemos que abordar esta doble transición centrada en la dignidad humana, la salud del planeta y un sentido de responsabilidad con las generaciones futuras.
En el área digital, experimentamos una concentración sin precedentes en manos de un pequeño número de personas y empresas, ubicadas en un número aún menor de países.
La inteligencia artificial (IA) acentúa este escenario de oportunidades, riesgos y asimetrías.
Sus beneficios deben ser compartidos por todos.
Nos interesa una IA segura, transparente y emancipadora.
Que respete los derechos humanos, proteja los datos personales y promueva la integridad de la información.
Que potencie la capacidad de los Estados para adoptar políticas públicas medioambientales y que contribuya a la transición energética.
Una IA que también refleje la faz del Sur Global, que fortalezca la diversidad cultural, lingüística y que desarrolle la economía digital de nuestros países.
Y, sobre todo, una IA como herramienta para la paz, no para la guerra.
Necesitamos una gobernanza internacional e intergubernamental de la inteligencia artificial, en la que todos los Estados tengan asiento.
Los países africanos son aliados indispensables para luchar contra estos y otros desafíos.
África tiene enormes posibilidades para el futuro con sus 1,500 millones de habitantes y su vasto y fértil territorio.
La fuerza creativa de su juventud no puede ser desperdiciada cruzando el Sahara para ahogarse en el Mediterráneo.
Buscar mejores condiciones de vida no puede ser una sentencia de muerte.
Además de la Unión Africana, que se integra en el G20 por primera vez como miembro pleno, invitamos a Angola, Egipto y Nigeria a participar en las reuniones durante nuestra presidencia.
Muchos países africanos están al borde de la insolvencia y destinan más recursos al pago de la deuda externa que a la educación o la salud.
Esto constituye una fuente permanente de inestabilidad social y política.
Sin agregar valor a sus recursos naturales, los países en desarrollo seguirán atrapados en la relación de dependencia que ha marcado su historia.
El Estado necesita recuperar su papel de planificador del desarrollo.
Promover el trabajo decente y la inclusión social son algunos de los temas que abordé ayer en la Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra.
La alianza por los Derechos de los Trabajadores que estamos llevando a cabo con el presidente Biden tiene este propósito.
Es en este contexto de lucha contra las desigualdades que se insiere la propuesta de una tributación internacional justa y progresiva que Brasil defiende en el G20.
Ya es hora de que los superricos paguen su justa contribución en impuestos.
Esta excesiva concentración de poder y riqueza representa un riesgo para la democracia.
Muchos países en desarrollo ya han formulado políticas eficaces para erradicar el hambre y la pobreza.
Nuestro objetivo, en el G20, es movilizar recursos para ampliarlas y adaptarlas a otras realidades.
El apoyo de todos los que están presentes en esta reunión a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que lanzaremos en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, será fundamental para poner fin a esta plaga que aún afecta a la humanidad.
Señoras y señores:
Las instituciones de gobernanza están inoperantes ante la realidad geopolítica actual y perpetúan privilegios.
El año 2023 vio un aumento en el gasto en armamentos en comparación con 2022, alcanzando los USD 2,400 millones.
En Gaza, vemos cómo el legítimo derecho de defensa se transforma en derecho de venganza.
Estamos frente la violación cotidiana del derecho humanitario, que ha victimado a miles de civiles inocentes, sobre todo mujeres, niñas y niños.
Esto nos llevó a respaldar la decisión de Sudáfrica de acudir a la Corte Internacional de Justicia.
Brasil condenó firmemente la invasión de Ucrania por Rusia.
Ya está claro que ninguna de las partes logrará alcanzar todos sus objetivos por la vía militar.
Solo una conferencia internacional que sea reconocida por las partes, en los términos de la propuesta de Brasil y China, permitirá la paz.
El G7, el BRICS y el G20 reúnen las mayores economías del planeta.
El futuro que compartiremos dependerá de nuestra capacidad para superar las desigualdades e injusticias históricas para vencer las batallas a las que se enfrente hoy la humanidad.
Muchas gracias.