Discurso con motivo del Día de África en presencia del presidente de Benín, Patrice Talon
Brasil y África están unidos en el dolor por las muertes y la destrucción causadas por las inundaciones en Rio Grande do Sul, Burundi, Kenia y Tanzania.
Quiero manifestar nuestra solidaridad y agradecer los mensajes de apoyo recibidos de nuestros hermanos africanos.
Amigos y amigas:
Es un placer contar con el cuerpo diplomático africano en este almuerzo en honor al Día de África y es un honor tener al presidente de Benín, Patrice Talon, como invitado especial.
En Ouidah, ciudad del presidente Talon, se encuentra una de las "puertas del no retorno" que existen en la costa africana. Se les llama así porque se creía que quienes las cruzaban jamás regresarían.
Sobreviviendo a las condiciones inhumanas impuestas por la esclavitud, algunos lograron volver, llevando consigo un poco de Brasil.
Benín alberga una de las mayores comunidades de "retornados" del continente, llena de Souzas, Silvas, Santos y Carvalhos.
Aquellos que permanecieron aquí dejaron raíces en nuestra identidad, transformando a Brasil en el tercer país con mayor población negra en el mundo.
Cultivamos nuestra historia común en la Casa del Benín en Salvador y haremos lo mismo a través de la Casa de Brasil en Ouidah, creando allí un centro cultural vibrante.
Hoy firmamos un memorando de entendimiento en las artes, la cultura y el patrimonio para preservar este vínculo.
Nuestros lazos se forjaron a partir del sufrimiento, pero hoy sirven para acortar la distancia entre los dos lados del "río llamado Atlántico" - feliz expresión del diplomático Alberto Costa e Silva, fallecido el año pasado.
Quienes acercan las orillas de este río son las personas.
Son los más de doscientos estudiantes benineses actualmente inscritos en el Programa Estudiante-Convenio que eligieron a Brasil para graduarse.
Son los interesados en el turismo de memoria, que será facilitado por el memorando en turismo y por el anexo al acuerdo sobre servicios aéreos que firmamos hoy.
También son los empresarios, con quienes contamos para ampliar y diversificar nuestra agenda comercial y de inversiones.
Y son, finalmente, los técnicos que tienen la misión de mantener y expandir el legado de uno de los programas de cooperación brasileños más exitosos, que ha beneficiado al sector algodonero de Benín y de otros 17 países africanos.
Estoy seguro de que este intercambio crecerá con la reapertura de la embajada de Benín en Brasilia y con la creación de un centro brasileño de cooperación para todo el continente en Addis Abeba, donde estarán presentes agencias como la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC), la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) y la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ).
Con este espíritu que seremos anfitriones, por invitación de la Unión Africana, de la Conferencia Regional de la Diáspora y los Afrodescendientes de las Américas y el Caribe, a finales de agosto, en Salvador.
Brasil tiene mucho que aprender y contribuir en los debates sobre la memoria, la restitución, la reparación y la reconstrucción.
El fortalecimiento de los vínculos entre África y su 6ª región, de la cual Brasil forma parte con orgullo, puede transformarse en un vector positivo de apoyo a Haití.
Con Kenia y Benín asumiendo la delantera en la misión policial de la ONU, reafirmamos nuestro compromiso con la estabilidad y la prosperidad haitianas y estamos a la orden para ofrecer el apoyo logístico a la operación.
En el momento en que las atenciones se concentran en Ucrania y Gaza, no podemos dejar que el mundo se olvide de Haití, ni de otras tragedias humanitarias como la de Sudán.
Señoras y señores:
El brillante historiador brasileño José Flávio Sombra Saraiva – que nos dejó hace pocos días – dijo que Brasil se había convertido en el “portavoz de África en el sistema internacional”.
No tenemos la pretensión de hablar por nadie. Pero somos aliados naturales de África y también vemos el mundo a través de lentes africanas.
Esto nos lleva a incorporar la perspectiva del continente a nuestra actuación global, como lo estamos haciendo en la presidencia del G20.
Junto con la Unión Africana, que participa por primera vez como miembro pleno del grupo, hemos advertido sobre el problema del endeudamiento.
Lo que vemos hoy es una absurda exportación neta de recursos de los países más pobres a los países más ricos.
No es posible invertir en la educación, la salud o la adaptación al cambio climático, si una parte significativa del presupuesto se consume en el servicio de la deuda.
El grupo de trabajo sobre arquitectura financiera del G20 promoverá, en junio, un debate con expertos africanos, cuyos resultados llevaremos a la reunión de ministros de Finanzas del G20.
Si los 3 mil multimillonarios del planeta pagaran el 2% de impuestos sobre los ingresos de sus fortunas, podríamos generar recursos suficientes para alimentar a los 340 millones de personas que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sufren de inseguridad alimentaria severa en África.
Muchos de los países en desarrollo han formulado políticas eficaces para erradicar el hambre y la pobreza.
Nuestro objetivo, en el G20, es movilizar los recursos para ampliarlas y adaptarlas a otras realidades.
Por eso, invitamos a los países africanos a sumarse a nuestra Alianza Global de Lucha contra el Hambre y la Pobreza, que estará abierta a adhesiones a partir de julio.
Estamos determinados a apoyar a África en el desarrollo de su inmenso potencial agrícola.
Recientemente nos hemos adherido al Compacto Lusófono del Banco Africano de Desarrollo, que tiene como objetivo apoyar a los emprendedores africanos y aumentar su capacidad productiva.
A pesar de que históricamente no somos responsables del cambio climático, necesitamos luchar juntos por la ampliación de las metas de financiamiento en la COP de Bakú y por la adopción de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) más ambiciosas en la COP de Belém en 2025.
En agosto pasado, los demás países amazónicos, junto con la República Democrática del Congo y la República del Congo, lanzaron la declaración “Unidos por nuestras selvas”.
Brasil está trabajando en el diseño de un mecanismo – el Fondo Selvas Tropicales para Siempre – para remunerar a los países en desarrollo que mantienen sus selvas en pie.
Reiteramos nuestra invitación para que más países africanos se unan a la declaración y consideren unirse al fondo.
Así como en el caso de las selvas, debemos abordar la cuestión de la transición energética desde nuestros propios intereses.
Sin agregar valor a los recursos naturales, estaremos destinados a repetir la relación de dependencia entre el Norte y el Sur.
El orden internacional requiere instituciones capaces de responder a los desafíos actuales.
En septiembre, realizaremos en Nueva York una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20, abierta a todos los miembros de la ONU, para lanzar un "llamado a la acción" por la reforma de la gobernanza global.
No tiene sentido que América Latina y África no tengan representación permanente en órganos importantes como el Consejo de Seguridad.
No podemos permitir que este tipo de anomalía también se convierta en la norma en lo que respecta a la Inteligencia Artificial.
Es necesario un modelo de gobernanza capaz de contener los riesgos de esta tecnología y facilitar el acceso del Sur Global a sus beneficios.
Amigos y amigas:
En febrero, tuve el honor de pronunciar un discurso en la Cumbre de la Unión Africana.
Llevé el mensaje de que Brasil ha vuelto a caminar al lado de África.
Mi misión de vida siempre ha sido y será luchar contra las desigualdades.
América Latina y África deben enfrentar las injusticias que, dentro y fuera de nuestros países, siguen reproduciéndose lógicas excluyentes.
Al fin, como dijo el nigeriano Chinua Achebe, si no nos gusta una historia, podemos escribir nuestra propia historia.
Por eso, invito a todos ustedes a brindar por nuestro ilustre invitado y les deseo un feliz Día de África a todos y todas.
Muchas gracias.