Declaración del presidente Lula a la prensa tras reuniones bilaterales con el presidente de Colombia, Gustavo Petro
Bueno, compañeros y compañeras de la prensa brasileña y de la prensa colombiana. He estado en Colombia seis veces en mis otros mandatos y el año pasado estuve en Leticia. Y empezamos una conversación para saber hasta cuándo vamos a esperar para tomar la decisión de construir una alianza estratégica entre Colombia y Brasil.
Acabo de decir en el evento empresarial que, por el hecho de ser países colonizados, en Brasil solemos dar la espalda a América del Sur y limitarnos a mirar a Europa y Estados Unidos. Ni siquiera veíamos el continente africano, a pesar de que utilizamos millones de esclavos durante 350 años.
Y, además, en la América del Sur hispana, los países miraban hacia los Estados Unidos, miraban hacia Europa, y tampoco miraban hacia nosotros, porque miraban con una cierta suspicacia de que Brasil es demasiado grande y de que Brasil es un problema para Colombia. Nos equivocamos, brasileños, y nos equivocamos, colombianos y sudamericanos. De hecho, los latinoamericanos nos equivocamos, porque no puede ser casualidad que todos nosotros, que tenemos más de 500 años de vida, no tengamos ningún país altamente desarrollado, un país rico, un país con un estado de bienestar que se pueda comparar con los países europeos. En algo nos hemos equivocado.
Y creo que lo que está mal es que, por haber sido naciones colonizadas, durante mucho, mucho tiempo, muchos y muchos siglos, muchos y muchos años, hemos esperado las órdenes de aquellos que nos colonizaron para que nos dijeran lo que teníamos que hacer. Cuando los colonizadores se fueron, vino más gente a explotar nuestras riquezas. Y seguimos siendo países pobres. Seguimos siendo países que estamos muy lejos de lo que merecíamos ser. Entonces, lo que vengo a proponerle al compañero Petro [Gustavo Petro, presidente de Colombia] es, en primer lugar, una política de reagrupamiento y de tratar de reorganizar la UNASUR.
Yo viví el mejor momento político de América del Sur entre 2002 y 2015. Fue el mejor momento, cuando los presidentes tenían cada uno su autonomía, su soberanía, pero discutíamos cosas en común entre nosotros. Las divergencias no nos impidieron de trabajar y decidir cosas juntos. Incluso creamos una secretaría sudamericana de defensa, en la que nuestros militares se unieron para que pudiéramos controlar la mayor selva tropical del mundo. Y tomar el control de las vastas reservas de agua dulce del continente. Eso se acabó. La gente que pensaba socialmente, la gente que pensaba en el Estado de bienestar, la gente que pensaba primero en el ser humano, son minorías hoy en América Latina y en América del Sur. Ha surgido algo nuevo llamado extremismo, que vive a base de fake news. Que vive a base de mentiras. Que vive a base de negatividad. Niega la política, niega las instituciones, niega el movimiento sindical, niega las formas de organización del pueblo trabajador.
Y de lo que nos estamos dando cuenta es de que estamos retrocediendo en lugar de avanzar. Tratamos la cuestión de Venezuela, tratamos la cuestión de Haití, pero me gustaría decirles que era mucho más importante abordar la relación entre Colombia y Brasil. Colombia tiene 55 millones de habitantes. Brasil y Colombia comparten una frontera de 1.644 kilómetros. Tenemos un potencial amazónico exuberante y extraordinario, posiblemente una de las mayores riquezas que quedan en el planeta Tierra, que es nuestra biodiversidad.
En la transición energética, tenemos la extraordinaria posibilidad de atraer al mundo entero para que contribuya con inversiones, al desarrollo de una nueva matriz energética. Ya sea el hidrógeno verde, el etanol, la biomasa o la energía solar. O sea, que es importante que tengamos clara la riqueza que tenemos en nuestras manos y que nosotros, gobierno y empresarios, empresarios y trabajadores, trabajemos juntos para construir una nueva normativización de nuestras relaciones.
¿Qué temen los empresarios colombianos de su relación con Brasil? ¿Qué asusta a los empresarios brasileños en su relación con Colombia? ¿Por qué, en vez de 7 mil millones de reales en flujos comerciales, no tenemos 20 mil millones de reales? ¿15 mil millones de reales? Es porque, durante mucho tiempo, no nos hablamos. Durante mucho tiempo, nos tratamos como adversarios, aunque no nos conociéramos.
Lo que estoy proponiendo - y estoy seguro de que vamos a establecer una alianza estratégica extraordinaria - es que eliminemos todos los obstáculos que se interponen en la relación entre Brasil y Colombia. Que los empresarios colombianos se sientan cómodos invirtiendo en Brasil o estableciendo alianzas con empresarios brasileños.
Porque lo que nos interesa es generar puestos de trabajo de calidad, para que nuestro pueblo pueda tener algún día la oportunidad de vivir con un mejor nivel de vida, y acabar con el analfabetismo. Que, además de los empresarios, se reúnan nuestras universidades, nuestros científicos. ¿Qué podemos hacer juntos, cómo podemos trabajar? Basta de estar distantes unos de otros. Basta de pensar que la solución a nuestros problemas está fuera de nuestro continente.
Así que, cuando regrese a Brasil dentro de un rato, después de la Feria del Libro, quiero decirte, mi querido amigo Petro, que vuelvo para decírselo a mis amigos brasileños y a mi gobierno: ha nacido una nueva relación entre Brasil y Colombia. Ha nacido una nueva forma de relacionarnos. Ha nacido una nueva mentalidad en nuestros empresarios y en los empresarios colombianos. Y ha nacido una gran oportunidad para que nos convirtamos en dos grandes naciones desarrolladas que puedan atender las demandas y las aspiraciones de millones de colombianos, de millones de brasileños, que esperan que un día puedan mejorar sus vidas.
Para eso te eligieron. Para eso me eligieron a mí. Y esto es lo que tenemos que hacer: atender al pueblo con cariño, con mucho respeto y hacer que se sienta orgulloso de ser colombiano y de ser brasileño. Pueden estar seguros: hoy, tenemos un flujo comercial de 7 mil millones de reales. Cuando termine mi mandato, voy a volver aquí a Colombia a hablar con el compañero Petro para ver qué ha pasado en nuestras relaciones, porque tenemos una oportunidad extraordinaria, posiblemente una oportunidad que nunca hemos tenido, de trabajar juntos para unificar América del Sur, para que, tal vez, nuestra querida Colombia pueda participar en los BRICS. Colombia va a participar en algunas reuniones del G20. Sin duda voy a participar en la COP de la biodiversidad aquí en Colombia, en Cali. Creo que es en octubre. Y voy a incentivar a muchos empresarios brasileños para que vengan a Colombia. Y voy a incentivar a muchos empresarios colombianos para que vayan a Brasil. Para conocernos. Que nuestros científicos conversen, que nuestros sindicalistas conversen, que nuestros políticos conversen. Basta ya de estar tan cerca unos de otros y vivir tan separados como lo hemos estado durante 500 años.
Así que, Petro, estimado, gracias por tu cálida bienvenida. Gracias a la prensa colombiana. Espero que hablen bien de nosotros cuando les demos la espalda. Nos alegraremos si eso ocurre, pero si no ocurre también está bien. Y puedo decirles que, si depende de Colombia y Brasil, este continente seguirá siendo una zona de paz. Porque solo la paz lleva al progreso. La guerra produce muerte y destrucción y eso no nos interesa.
Un abrazo, compañeros, y hasta la próxima vez que vengamos a Colombia.