Discurso del presidente Lula en el almuerzo en honor al presidente del Gobierno español
Es un gran placer recibir al presidente del Gobierno Pedro Sánchez en Brasilia y poder corresponder a la hospitalidad con que mi esposa Janja, mi delegación y yo fuimos recibidos en Madrid el año pasado.
Le estoy igualmente agradecido por haberme acogido en 2021, cuando acababa de recuperar mi libertad.
Su generosidad, su actuación dinámica y combativa en defensa de la democracia y la justicia social son rasgos bien conocidos de acción de su Gobierno.
Pedro Sánchez es un fiel intérprete de los deseos de los españoles en un momento de cambios tan rápidos y profundos.
Ustedes encarnan el espíritu progresista e innovador que preside hoy la vida de esta gran nación.
España es uno de los aliados más importantes de Brasil en Europa y en el mundo, desde todos los puntos de vista: político, económico, cultural y tecnológico.
El diálogo fraternal entre nuestros Gobiernos refleja la cercanía histórica entre nuestros pueblos.
Cientos de miles de españoles vinieron aquí y contribuyeron a la formación de la nacionalidad brasileña y a nuestro desarrollo.
Compartimos la defensa de la democracia y los derechos humanos, la promoción de políticas de inclusión social, el estímulo de la actividad económica y el compromiso con el desarrollo sostenible.
Nuestros países están alineados en la defensa del Derecho Internacional, el multilateralismo y la resolución pacífica de los desacuerdos.
Estimado presidente:
Como dijo García Lorca: "El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida".
Vivimos un momento de la vida internacional en el que hay más desaliento que esperanza.
Pocas veces en la historia reciente ha sido más necesario y urgente el apoyo entre las fuerzas progresistas del mundo.
Los problemas graves se acumulan sin que seamos capaces de vislumbrar soluciones capaces de satisfacer los intereses de quienes luchan por la paz y el desarrollo.
La guerra, el hambre, la crisis climática, la intolerancia política y religiosa y la xenofobia afectan a todos, pero especialmente a los más pobres.
No podemos permitir que la desesperanza nos prive de la voluntad de luchar para conseguir lo que soñamos.
La visita de hoy es, por lo tanto, mucho más que un paso para profundizar en las relaciones bilaterales.
También es una oportunidad importante para avanzar en la lucha contra el extremismo y sus nuevas caras, que han proliferado especialmente en el mundo digital.
Necesitamos recuperar el optimismo y la confianza en encontrar los caminos que nos permitan superar estas crisis.
Las fuerzas democráticas deben volver a ser portadoras de futuro y devolverle al mundo la fe en la política, en la búsqueda del entendimiento y la conciliación.
Depende de nosotros demostrar que la democracia es la mejor manera de enfrentar los graves problemas sociales que nos aquejan.
Con la firme intención de seguir trabajando codo con codo, propongo un brindis por el pueblo español y por el presidente Sánchez, y renuevo, en nombre de Brasil y en el mío propio, mis mejores deseos para un futuro compartido.
Muchas gracias.