Declaración a la prensa después de la visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez
Es un motivo de gran alegría recibir al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y retribuir la calurosa acogida que él nos ofreció en la visita a Madrid, en abril del año pasado.
Hoy pudimos comprobar nuevamente la gran afinidad entre nuestros gobiernos.
España y Brasil son dos grandes democracias que enfrentan el extremismo, la negación de la política y el discurso de odio, alimentados por noticias falsas.
Nuestra experiencia en el enfrentamiento de la extrema derecha, que actúa coordinada internacionalmente, nos enseña que es necesario unir a todos los demócratas.
No se puede transigir con el totalitarismo ni dejarse paralizar por la perplejidad y por la incertidumbre ante estas amenazas.
La defensa de la democracia está inevitablemente relacionada a la lucha contra todas las formas de exclusión.
Brasil y España han registrado episodios de racismo, de discriminación racial y de xenofobia, incluso en el área de los deportes de gran público.
Solo un proyecto social inclusivo nos permitirá erigir sociedades prósperas, libres, democráticas y soberanas.
En la reunión de hoy decidimos seguir avanzando en este camino con medidas muy concretas.
España es el segundo país de origen de inversión directa extranjera en Brasil, con empresas consolidadas e inventario de cerca de 60 mil millones de dólares.
Le presenté al presidente Sánchez y a los empresarios que lo acompañan las oportunidades que se abren en las áreas de infraestructura y sostenibilidad con el nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento y con el Programa de Neoindustrialización.
Nuestros países avanzan a pasos largos en el área de energías renovables, un campo de cooperación que mucho nos interesa.
El potencial de Brasil es ilimitado para la generación de electricidad a partir de fuentes limpias como biocombustibles, eólicas, solar e hidrógeno verde.
El año pasado, la economía brasileña creció 2,9%, por encima de las proyecciones del FMI. Este resultado trae la confianza de que Brasil es una opción segura para los inversionistas.
Los actuales 12 mil millones de dólares de intercambio comercial son un ejemplo de esto. Continuaremos buscando incrementar y diversificar nuestros intercambios.
Queremos tornar la industria brasileña más competitiva, con el apoyo de la innovación, de la cooperación público-privada y del acceso a financiamientos con costos adecuados.
Pero la competitividad que deseamos no puede ser el resultado de la reducción de la renta de las familias, de la disminución del empleo formal, de la restricción a las libertades de los trabajadores o del desmantelamiento de las políticas sociales.
La experiencia de España fue una inspiración para el proyecto de ley que regula el trabajo por aplicaciones de transporte, que beneficiará a 1,5 millones de trabajadores de Brasil.
Le expuse al presidente Sánchez la Colaboración por los Derechos de los Trabajadores y Trabajadoras, que el presidente Biden y yo lanzamos el año pasado, al margen de la Asamblea General de la ONU.
Concordamos con la urgencia de promover un debate abarcador en torno de la gobernanza de la inteligencia artificial, a fin de minimizar riesgos y distribuir beneficios equitativamente para todos los países.
Es igualmente importante buscar soluciones comunes para el enfrentamiento a la desinformación que corroe el tejido social y afecta a los pilares centrales de nuestras democracias.
También tenemos gran convergencia en materia de enfrentamiento al cambio climático.
Brasil volvió a ser protagonista en esta área y será sede en Belém de la COP30, en el 2025, para que las personas conozcan la Amazonia y nuestro compromiso de cuidar bien de la selva y de los pueblos de la selva.
Le reiteré al presidente Sánchez la determinación de mi gobierno con la deforestación cero antes del 2030.
El cambio climático ha intensificado los episodios de sequía severa en todo el mundo. Por eso Brasil se sumó, hoy, a la Alianza Internacional para la Resiliencia a la Sequía, creada por España y Senegal en el 2022.
Le reiteré la importancia dada por la presidencia brasileña del G20 a la reducción de todas las formas de desigualdad – ese mal que aún aflige a muchos millones de nuestra humanidad.
Es en este contexto que se inserta la propuesta de tributación internacional justa y progresiva que Brasil defiende en el G20. Ya llegó el momento de que los superricos paguen su justa contribución en impuestos.
Destaqué, además, el lanzamiento de la Alianza Global Contra el Hambre y la Pobreza y le transmití al presidente Sánchez la preocupación de Brasil con el endeudamiento que sofoca a los países en desarrollo.
Esto es lo que constaté en mi reciente paso por las Cumbres de la Unión Africana, de la CARICOM y de la CELAC.
Hay una gran convergencia en el Sur Global en torno de la necesidad de reforma de las organizaciones internacionales.
Hay un deseo unánime por un mundo de paz y prosperidad.
La obra “Guernica”, del genial Pablo Picasso, sintetiza la indignación con el horror y la destrucción causados por todas las guerras y conflictos y debe servir de inspiración para la comunidad internacional.
La parálisis del Consejo de Seguridad frente a la guerra en Ucrania y en Gaza es prueba cabal de la necesidad de reformas urgentes en el sistema de gobernanza global para volverlo más representativo, legítimo y eficaz.
El derecho de defensa transformado en derecho de venganza constituye, en la práctica, un castigo colectivo que mata indiscriminadamente a mujeres y niños.
Es fundamental avanzar rápidamente en la creación de un Estado Palestino y reconocerlo como miembro pleno de la ONU, un Estado que sea económicamente viable y que pueda convivir en paz con Israel.
Brasil y España poseen una larga historia de amistad y cooperación. El presidente Pedro Sánchez y yo estamos comprometidos en avanzar nuestra colaboración estratégica tanto en la vertiente bilateral como en la multilateral, sin omitirnos ante los desafíos de nuestro tiempo.
Muchas gracias.