Pronunciamiento del presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante la Mesa Redonda Brasil-Arabia Saudita en Riad
No es muy fácil clausurar un evento entre ministros y empresarios después de que hayan hablado más de 20 personas. Y yo, que no he oído hablar a nadie, puedo repetir las cosas. Intentaré no repetirlas. Cuando estuve en Arabia Saudita en 2009, en la reunión que mantuvimos con empresarios sauditas y, en aquel momento, con el Rey Abdullah, dije que Brasil no solo iba por el mundo en busca de inversiones y que Brasil no solo iba por el mundo en busca de vender sus productos. Intentaba mostrar la idea de que necesitábamos construir una nueva relación entre países, una nueva relación entre empresarios y una nueva relación entre gobiernos. Y empecé a trabajar sobre la idea de que estamos viajando para intentar establecer alianzas. No se trata solo de saber cuánto pueden invertir los fondos sauditas en Brasil. Sino que también se trata de saber cuánto pueden invertir los empresarios brasileños en Arabia Saudita. Es este intercambio y esta nueva forma de hacer política exterior lo que puede cambiar un poco la cara del comercio mundial.
Brasil tiene tres grandes eventos el año que viene. Y ahora tiene un cuarto. Pero Brasil va a organizar el G20, que es la reunión más importante de jefes de Estado de las mayores economías del mundo, para debatir cuestiones que puedan representar la mejora del futuro de la humanidad. Brasil va a reunir en 2025 a los BRICS, que es un foro creado hace poco tiempo, y tengo el inmenso placer de haber felicitado a Su Alteza el Príncipe Heredero por el hecho de que Arabia Saudita sea el miembro más reciente de los BRICS. Incluso le dije al Príncipe heredero que la entrada de Arabia Saudita en el BRICS tiene en cuenta que Arabia Saudita necesita ayudar a fortalecer el banco BRICS, para que podamos cambiar la cara de los bancos multilaterales, para que puedan intentar financiar el desarrollo de los países más pobres, sin intereses abusivos, que acaban matando cualquier posibilidad de inversión en los países.
Al mismo tiempo, Brasil va a ser la sede de la COP 30 en 2025. Un evento que, por el mero hecho de celebrarse en la Amazonia, ya merece de por sí un protagonismo extraordinario. El mundo entero habla de la Amazonia. El mundo entero habla de la selva. El mundo entero habla del agua dulce de Brasil. Ahora el mundo va a conocer, de hecho, el Amazonas. El Amazonas no son solo esos millones de árboles que se ven al pasar en avión. Allí abajo, hay muchos minerales críticos aún inexplorados por Brasil. Tiene la biodiversidad más rica de la Tierra, que aún está totalmente inexplorada. Pero allí también hay hombres y mujeres que necesitan sobrevivir. Nuestros indígenas, pescadores, habitantes de las orillas de los ríos, gente que a menudo no aparece en las encuestas de opinión pública ni en los estudios que realiza nuestro Instituto de Geografía. Pero se trata de brasileños que necesitan que la Amazonia, además de ser preservada, tenga la posibilidad de desarrollarse, de crear condiciones de vida dignas para esas personas.
Y cuento con Arabia Saudita no solo para ayudar a Brasil a organizar el G20, sino también para que Arabia Saudita ayude a organizar la COP30. Va a ser una gran oportunidad para recibir oficialmente al Príncipe heredero en visita oficial, para que podamos dar continuidad a la reunión que estamos celebrando ahora.
Una política de éxito empieza siempre por el primer paso. Fui el primer Presidente de la República después del Emperador Don Pedro II en visitar algunos países árabes. Fue en mi primer mandato cuando intentamos establecer una relación entre los países árabes y Sudamérica, con vistas a acercar los continentes, para que pudiéramos disminuir las diferencias culturales entre nosotros y compartir políticas de desarrollo y políticas de inversión.
Quiero aprovechar este foro, en noviembre de 2023, para decir aquí, en Arabia Saudita, que dentro de diez años el mundo dirá que, si Arabia Saudita es el país más importante en producción de petróleo y gas, dentro de diez años Brasil será llamado la Arabia Saudita de la energía verde, de la energía renovable. Porque para eso estamos trabajando.
Hemos suscrito algunos compromisos. Primero, vamos a reducir la deforestación para 2030. Queremos alcanzar la deforestación cero en la Amazonia. Segundo, vamos a hacer todo lo posible, como dijo Rui Costa, como dijo Fernando Haddad y otros ministros, para que Brasil sea el centro del mundo en la producción de energías alternativas. Porque creo que todos tenemos que trabajar con mucha responsabilidad para descarbonizar el planeta, para que podamos vivir de una forma más digna, con mejor calidad de vida y sin miedo a que estamos destruyendo la casa en la que vivimos.
En este punto es donde nuestra visita adquiere importancia. Ustedes saben que Brasil no es solo un país de fútbol. Ustedes saben que Brasil no es solo un país de carnaval. Ustedes saben que nuestro país es un país que tiene una buena base intelectual, nuestro país tiene una buena base científica y tecnológica, ustedes saben que nuestro país tiene un sistema financiero sólido, entre bancos privados, bancos de inversión, bancos minoristas, y cinco grandes bancos públicos, y Brasil es un país que tiene muchas empresas de punta.
Este es el desafío que queremos plantear a nuestros amigos de Arabia Saudita. Es que construyan alianzas con nuestros empresarios para que las empresas brasileñas generen desarrollo en Brasil, pero también generen desarrollo en Arabia Saudita. Que generemos empleo en Brasil, pero que lo hagamos en Arabia Saudita. Y que podamos vender cosas de mejor calidad al mundo, para que el mundo pueda sobrevivir. Por eso veo la diferencia entre 2009, cuando visité Arabia Saudita, y hoy. En aquel entonces nuestra relación comercial era de USD 1 mil millones. Hoy son USD 8 mil millones. Y eso es muy poco teniendo en cuenta el tamaño de Arabia Saudita y el tamaño de Brasil.
El reto que nos planteamos Su Excelencia el Príncipe heredero y yo es que nuestros ministros y nuestros empresarios no se detengan en esta reunión. Esta reunión es tan solo la primera. Pero tenemos la obligación durante el próximo año de celebrar docenas de otras reuniones, docenas de viajes. Que nuestros empresarios viajen a Arabia Saudita, que conversen con los empresarios.
Por ejemplo, podríamos hacer inversiones cruzadas entre nuestra Petrobras y empresas de Arabia Saudita para producir fertilizantes. Y dar una garantía al mundo con la incertidumbre creada por la guerra de Rusia en Ucrania. Estamos hablando de crecimiento económico y desarrollo cuando parte del mundo habla de guerra. La guerra no trae más que miseria y muerte. Salvo destruir lo que la gente ha construido con grandes sacrificios.
Cuando un país llega a declarar la guerra, es porque está declarando en quiebra la capacidad de diálogo. Y yo nací en la política haciendo diálogo. Yo creo en el diálogo. Y es mucho más barato, es mucho más sensato, es mucho más eficaz perder algunas horas en una mesa de negociaciones que salir a disparar al azar, matando inocentes, matando mujeres, matando niños, matando hombres.
Esta reunión aquí es una invitación a los ministros sauditas que ya han estado en Brasil. Para que visiten Brasil de nuevo. Es una invitación a los ministros brasileños. No piensen que me gusta que se queden sentados en sus oficinas. Porque todo ministro que se queda en su oficina solo recibe gente pidiendo algo. Nunca viene nadie ofreciendo nada, así que salgan, salgan a trabajar, a vender los productos que tiene Brasil. Y salgan a comprar los productos de los demás que le interesan a Brasil.
Por eso me alegro de esta reunión. Porque cuando llegué a la presidencia de Brasil en 2003, Brasil ni siquiera tenía una balanza comercial de USD 100 mil millones. Y creo que, si Brasil asume la responsabilidad de su tamaño e importancia geopolítica, me gustaría decir a nuestros ministros y a los empresarios aquí presentes que podemos soñar con tener una balanza comercial de USD 1 billón en 2030. Somos nosotros los que podemos decir que no es verdad, de acuerdo con nuestra capacidad de trabajo.
La agricultura brasileña ya se ha discutido aquí con empresarios de Arabia Saudita. La industria ya se ha discutido aquí, porque el presidente de la Federación de Industrias de São Paulo está presente, que es el centro industrial más importante del país. Los banqueros que están aquí ya han dicho muchas cosas. Y quiero decirles: solo hacemos las cosas si creemos en ellas. Y no podemos soñar en pequeño, porque los que sueñan en pequeño consiguen cosas pequeñas. Tenemos que soñar en grande para realizar políticas tan grandes como Arabia Saudita y tan grandes como Brasil.
Quiero decirles que regreso a Brasil después de la COP 28 en Dubái con la certeza de que hoy esta reunión significa la construcción de una nueva historia en la relación entre Brasil y Arabia Saudita.
Por eso quiero felicitar a los empresarios que han venido aquí. Saludar a Jorge Viana, de la APEX (Agencia Brasileña para el Fomento de las Exportaciones), que ha organizado esto, y saludar al gobierno de Arabia Saudita. Diciéndoles que tenemos algunas obligaciones con el mundo. En el G20, que se celebrará el año que viene, queremos hacer frente al problema de la desigualdad y a la lucha contra la pobreza y la miseria. Queremos hacer frente a la cuestión climática. Tenemos que probar que el ser humano es realmente el animal más inteligente del planeta Tierra y que no lo negará autodestruyéndose, no cuidando el hábitat en el que vive. Y vamos a discutir el tema del clima con mucha fuerza. Porque en Brasil nos estamos tomando muy en serio esta cuestión de las energías renovables. Muy seriamente.
Y ya saben que nuestra energía eléctrica es casi un 90% totalmente renovable. El potencial de Brasil y de las energías es muy grande, y queremos construir una alianza con ustedes. Es que sean socios de Brasil en el desarrollo de esta nueva matriz que el mundo necesita, con la que el mundo sueña y que nosotros podemos ofrecer.
Así que quiero decirles: estoy seguro de que esta reunión cambiará la historia de la relación entre Brasil y Arabia Saudita. Todos los ministros sauditas pueden estar seguros de ello, y todos los ministros brasileños y todos los empresarios también. Y que a partir de esta reunión se celebrarán decenas de reuniones más, porque mi compromiso y el compromiso de Su Alteza el Príncipe heredero es que les exigiremos que ejecuten una política más osada, una política más valiente, porque el mundo necesita buenos ejemplos. Y Brasil y Arabia Saudita pueden ser ese ejemplo de dinamismo que el mundo necesita.
Muchas gracias al compañero/camarada Jorge Viana, muchas gracias a nuestros amigos árabes de Arabia Saudita por estar aquí. No solo queremos vender. Queremos comprar. Queremos construir verdaderas alianzas. Para producir cosas juntos. Para que ambos países puedan ganar juntos.
Un abrazo y muchas gracias.