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Discurso del presidente Lula en la 64.ª Cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados
Quiero darle gracias de corazón al presidente Santiago Peña y su equipo por la cálida recepción brindada a mí y a mi delegación.
Regresar a la ciudad donde se creó el Mercosur siempre nos motiva a reflexionar sobre el estado de la integración.
Hace menos de quince días, un miembro de nuestro bloque sufrió un intento de golpe.
La democracia prevaleció gracias a la firmeza del Gobierno boliviano, a la movilización de su pueblo y al rechazo de la comunidad internacional.
El Mercosur una vez más se mantuvo unido en defensa del pleno respeto al estado de derecho, consagrado en el Protocolo de Ushuaia.
La reacción unánime al 26 de junio en Bolivia y al 8 de enero en Brasil demuestra que no hay atajos para pasar por encima de la democracia en nuestra región.
Pero debemos permanecer atentos.
Falsos demócratas intentan debilitar las instituciones y ponerlas al servicio de intereses reaccionarios.
Mientras nuestra región siga siendo una de las más desiguales del mundo, la estabilidad política seguirá amenazada.
La democracia y el desarrollo caminan juntos.
Los buenos economistas saben que el libre mercado no es una panacea para la humanidad.
Quienes conocen la historia de América Latina reconocen el valor del Estado como planificador e impulsor del desarrollo.
No tiene sentido, en el mundo globalizado, recurrir al nacionalismo arcaico y aislacionista.
Tampoco hay justificación para rescatar las experiencias ultraliberales que solo han exacerbado las desigualdades en nuestra región.
Esta es la décimo novena Cumbre del Mercosur en la que participo como jefe de Estado.
Nunca antes nos hemos enfrentado a tantos desafíos, ya sea a nivel regional o global.
En los últimos años, hemos permitido que conflictos y disputas, muchas veces ajenos a nuestra región, prevalezcan sobre nuestra vocación de paz y cooperación.
Volvimos a ser una región balcanizada y dividida, más enfocada hacia afuera que hacia adentro.
En un contexto de mayor competencia geoestratégica, la duda que se plantea es si nuestros países quieren integrarse al mundo unidos o separados.
No veo contradicción entre participar en la economía global y cooperar entre vecinos.
Mi apuesta por el Mercosur como plataforma de inserción internacional y desarrollo de Brasil sigue siendo “inquebrantable”.
Nuestro bloque es un proyecto ambicioso que ha dado muchos frutos desde su creación.
El comercio entre nosotros se ha multiplicado por diez y hoy alcanza los USD 49 mil millones.
Debemos pensar a lo grande, como nuestros predecesores se atrevieron a hacer en esta capital hace 33 años.
El Mercosur será lo que queramos que sea.
No nos corresponde reducirlo con propuestas simplistas que debiliten su institucionalidad.
Nuestros esfuerzos de actualización deben orientarse en otra dirección.
Tenemos una agenda incompleta que incluye dos sectores importantes de nuestras economías excluidos del libre comercio.
Los avances hacia la inclusión del sector automóvil siguen siendo insuficientes.
En el sector azucarero, que incluye el desarrollo de biocombustibles, no hemos logrado ir más allá de las discusiones teóricas.
Necesitamos una integración regional profunda basada en mano de obra calificada y en la producción de ciencia, tecnología e innovación para generar empleo e ingresos.
La plena adhesión de Bolivia tiene un enorme valor estratégico y convierte a nuestro bloque en un actor imprescindible en el contexto de la transición energética.
Somos ricos en recursos minerales y tenemos abundantes fuentes de energía limpia y barata.
Tenemos todo lo necesario para convertirnos en un enlace importante en la cadena de semiconductores, baterías y paneles solares.
Podemos formar una alianza de productores de minerales críticos para que los beneficios del tratamiento de estos recursos queden en nuestros países.
La gobernanza regional de los datos en el Mercosur es vital para nuestra soberanía futura y para el desarrollo de la inteligencia artificial.
Es necesario que nuestra región desarrolle su propia capacidad de recolección, procesamiento y almacenamiento de datos, un insumo fundamental para avanzar en el desarrollo tecnológico y la digitalización de la industria regional.
La actualización del bloque también implica una ambiciosa agenda de comercio exterior.
En la presidencia brasileña, hemos firmado un acuerdo de libre comercio con Singapur, el primero entre nuestro bloque y un país asiático.
Bajo el liderazgo del presidente Santiago Peña, se ha iniciado el proceso de negociación con los Emiratos Árabes Unidos.
No hemos logrado concluir el Acuerdo con la Unión Europea debido a que los europeos aún no han resuelto sus propias contradicciones internas.
Nos enorgullece ser el primer país del bloque en ratificar el Acuerdo de Libre Comercio con Palestina, aunque lamento que todo esto ocurra en el contexto en el que el pueblo palestino sufre las consecuencias de una guerra totalmente irracional.
Espero que este año podamos profundizar el diálogo sobre un amplio acuerdo con China.
Mejorar el Sistema de Pagos en Moneda Local (SML) será una tarea importante durante la próxima presidencia pro tempore.
Una mayor armonización en los procedimientos adoptados por nuestros bancos centrales para este tipo de operaciones reducirá costos y beneficiará especialmente a las pequeñas y medianas empresas de nuestro continente.
El Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM) sigue siendo un instrumento clave para reducir nuestras disparidades y asimetrías. Es importante aprovecharlo al máximo.
El año pasado, Brasil saldó completamente su deuda con el Fondo, lo que permite una nueva ronda de proyectos.
Hemos seleccionado ocho iniciativas por un importe de USD 70 millones, que comprenden áreas como saneamiento, desarrollo productivo para la generación de empleo e ingresos, movilidad urbana e infraestructura social para comunidades indígenas.
Esto es lo que marca la diferencia en la vida de las personas.
Un pseudo aggiornamento que aleja al Mercosur de sus bases sociales nos debilita.
Eliminar la palabra "género" de los documentos solo agrava la violencia cotidiana que sufren mujeres y niñas.
Para superar calamidades como el hambre, la pobreza y las desigualdades, es crucial contar con un Instituto Social fuerte, capaz de establecer metas y acciones concretas.
El Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos debe contar con los recursos necesarios para apoyar a nuestros países en la compleja tarea de garantizar derechos y dignidad.
Fortalecer la relación con el PARLASUR también contribuirá tanto a la internalización e implementación de normas del bloque como a la aproximación con diferentes segmentos sociales.
No podemos asistir a todas las Cumbre de jefes de Estado solo para hacer discursos. Es necesario escuchar.
Por eso, Brasil defiende el fortalecimiento de la Cumbre Social, que es una de las principales plataformas de interacción con representantes de la sociedad civil.
Mis amigos, mis amigas:
La crisis climática nos está acercando rápidamente a un escenario catastrófico.
En el último año y medio, hemos vivido sequías históricas en la Amazonia, en los Pampas y en el Pantanal brasileño y boliviano, que también han sufrido incendios en los últimos días.
Hace pocas semanas, Rio Grande do Sul sufrió enormes pérdidas humanas y materiales debido a inundaciones sin precedentes, que también afectaron a Uruguay.
Además de agradecer la solidaridad de todos los socios del Mercosur que ofrecieron prontamente diversos tipos de ayuda humanitaria, quiero hacer un llamado a un mayor compromiso y ambición climática.
Es muy oportuna la adhesión del Mercosur, en esta Cumbre, al Memorando de Entendimiento sobre cooperación en gestión integral de riesgo de desastres.
Somos el continente con la mayor selva tropical y las mayores reservas de agua dulce del mundo
Este año, en la COP16, que tendrá lugar en Cali, también presentaremos la magnitud de la biodiversidad sudamericana.
El próximo año, Brasil será sede de la COP30, en la ciudad de Belém.
Serán oportunidades para que el Mercosur y Sudamérica presenten una visión colectiva sobre los desafíos del desarrollo sostenible.
Tenemos la autoridad moral para hacernos oír y la responsabilidad histórica de liderar con el ejemplo.
Ya estamos en la mitad de la presidencia brasileña del G20.
El lamentable retroceso de los avances en la lucha contra la pobreza y el hambre de los últimos años es una preocupación compartida.
En dos semanas haré la presentación de la Alianza contra el Hambre y la Pobreza dentro del G20, que pronto estará abierta a todos los países.
Espero contar con el apoyo de todos ustedes como miembros de la Alianza.
Señoras y señores:
El Mercosur es resiliente y ha sobrevivido a difíciles años de desintegración.
Pensar igual nunca ha sido un criterio para el compromiso constructivo en las tareas del bloque.
La diversidad de opiniones, sin extremismos ni intolerancia, es bienvenida porque fortalece nuestras democracias y nos lleva a tomar mejores decisiones.
El Mercosur es, y seguirá siendo, la gran apuesta para la integración internacional y desarrollo de Brasil.
Quiero, finalmente, felicitar a la presidencia paraguaya por su firme y pragmático liderazgo en los trabajos del Mercosur a lo largo de este semestre, y desearle éxito a mi colega Lacalle Pou en su presidencia a partir de ahora.
Nuestro querido presidente Pepe Mujica suele decir que "es necesario construir vínculos en nuestra región para que juntos podamos ser escuchados a nivel internacional. Los desafíos que enfrentamos como humanidad requieren, más que nunca, esfuerzos colectivos y propuestas innovadoras".
Que sus palabras nos inspiren a todos a mirar al Mercosur como una fuente de soluciones para nuestros desafíos y desarrollo.
Necesitamos un mundo de paz.
Esa es la razón de nuestro compromiso en favor de una solución para el conflicto entre Rusia y Ucrania que efectivamente incluya a ambas partes.
El apoyo de Brasil a Sudáfrica en su demanda ante la Corte Internacional de Justicia pretende poner fin a la matanza indiscriminada de mujeres, niños y niñas en Gaza.
Finalizo destacando la victoria de las fuerzas progresistas en las recientes elecciones en el Reino Unido y Francia. Ambas son fundamentales para la defensa de la democracia y la justicia social frente a las amenazas del extremismo.
Muchas gracias.