Notícias
Declaración a la prensa leída por el presidente Lula con ocasión de la visita de Estado a Chile
Es una gran alegría regresar a Santiago. En mis mandatos anteriores estuve en Chile siete veces. Desde que volví a asumir, tuve el agrado de recibir dos veces al presidente Boric en Brasilia.
Dicen que los países no tienen amigos, tienen intereses. Este no es nuestro caso.
Es común escuchar en Brasil que mantenemos una amistad ilimitada con Chile, porque aún sin fronteras físicas tenemos una asociación diversa e integral.
Por eso decidimos celebrar el 22 de abril – fecha en que establecimos nuestras relaciones diplomáticas, en 1836 – el Día de la Amistad Brasil-Chile.
Nuestra relación bilateral tiene vocación regional y global.
Estamos agradecidos con Chile por liderar el seguimiento de la Reunión de Presidentes de América del Sur el semestre pasado.
Para Brasil, la convergencia entre el Consenso de Brasilia y UNASUR es un objetivo que queremos perseguir.
La integración sudamericana es una realidad que marca una diferencia en la vida de las personas, como lo demuestran el acuerdo de exención de tarifas de roaming que firmamos el año pasado y el acuerdo de reconocimiento recíproco de permisos de conducir que firmamos hoy.
Los desafíos que plantean los desastres naturales y el crimen organizado atraviesan países.
Los incendios de 2023 en Chile y las inundaciones de este año en el sur de Brasil ponen en jaque el negacionismo climático y refuerzan la necesidad de cooperación.
La propuesta chilena de establecer un mecanismo regional de respuesta a desastres cuenta con nuestro apoyo.
Sin colaboración tampoco es posible combatir la delincuencia.
Hoy firmamos un tratado de extradición e instruimos a nuestros equipos a ampliar las acciones de inteligencia y las operaciones conjuntas.
Integración significa conexión.
Fue el aumento del número de vuelos lo que permitió que el flujo de turistas entre nuestros países llegara casi a duplicarse el año pasado.
Con el plan de trabajo turístico que firmamos hoy, Chile tiene todo lo necesario para consolidarse como uno de los destinos más buscados por los brasileños.
Mi gobierno está comprometido a conectar toda América del Sur a través de cinco rutas viales principales, dos de las cuales incluyen a Chile.
Brasil puede ser la puerta de entrada de Chile a África. Chile puede ser el puente de Brasil hacia Asia.
Tenemos un acuerdo de facilitación del comercio cuya implementación avanzó en 2023, adecuando procedimientos para la venta de carne, y que avanzará en otros sectores, como el de cosméticos, este año.
Somos actores ineludibles en el debate sobre el cambio climático, debido a nuestros vínculos con dos de los biomas más importantes del planeta.
El riesgo de que la Amazonia y la Antártica alcancen puntos de no retorno nos afecta directamente.
Ambos apostamos por el potencial de la bioeconomía y queremos profundizar el ya sólido historial de colaboración entre nuestras estaciones antárticas.
En Brasil, tenemos una Amazonia verde, en la selva, y otra azul, en el océano Atlántico.
La diplomacia turquesa de Chile, que fusiona los dos colores en la preocupación común por el uso sostenible de los recursos naturales, es una inspiración para nosotros.
Reafirmé nuestro apoyo a la candidatura de Valparaíso para ser sede de la secretaría del Tratado de Alta Mar, que protegerá la biodiversidad marina.
Agradecí al presidente Boric el apoyo a la elección de la científica Letícia Carvalho como secretaria general de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
Por primera vez tendremos a una mujer, negra y latinoamericana, velando por este patrimonio común de la humanidad.
Otro ejemplo chileno es su política exterior feminista, que es pionera.
Con el memorándum firmado por nuestras academias diplomáticas, trabajaremos juntos para que las mujeres tengan una mayor voz en la diplomacia.
Con la agencia espacial de Cerrillos, cuya primera piedra pondremos mañana, inauguraremos un nuevo capítulo de colaboración en ciencia y tecnología.
Debatimos la necesidad de construir habilidades y regular la Inteligencia artificial, para que todos puedan acceder a sus beneficios y mitigar sus riesgos.
También discutimos una asociación prometedora en la transición energética.
Al integrar cadenas de hidrógeno verde, minerales críticos y vehículos eléctricos, estaremos en condiciones de agregar valor a nuestra producción y ocupar posiciones destacadas en el mercado internacional.
La convergencia entre nosotros es tal que Chile ha sido el país invitado al mayor número de grupos de trabajo por parte de la presidencia brasileña del G20.
Invité al presidente Boric a participar en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro y recibí con mucha satisfacción su disposición a integrar la Alianza Global de Lucha contra el Hambre y la Pobreza.
Ambos creemos que la política de valorización del salario mínimo es fundamental para que los beneficios del desarrollo se compartan con todos.
El presidente Boric es un aliado natural en la garantía de los derechos de los trabajadores y espero que pueda sumarse a la asociación que lancé, el año pasado, con el presidente Biden.
Nuestros ideales convergen en la defensa intransigente de la democracia.
Por ello, tuve el placer de invitar al presidente Boric a la reunión de líderes democráticos contra el extremismo, que Pedro Sánchez y yo organizaremos en Nueva York, en el contexto de la Asamblea General de la ONU.
También expuse las iniciativas que he emprendido con los presidentes Gustavo Petro y López Obrador respecto al proceso político venezolano.
El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve a defender la transparencia de los resultados.
El compromiso con la paz es lo que nos lleva a convocar a las partes al diálogo y promover el entendimiento entre el gobierno y la oposición.
Hoy, mientras el presidente Boric me guiaba por el Salón Democracia y Memoria y me presentaba la grabación del último discurso de Salvador Allende, lamenté que Brasil tenga en su historia la triste mancha de haber apoyado la dictadura chilena.
Sabemos que la arbitrariedad es enemiga del bienestar y que la democracia no se sostiene sin un Estado que garantice derechos.
En los últimos años, Brasil ha experimentado una versión mezquina de la misma combinación de autoritarismo político y neoliberalismo económico.
Brasil y Chile están comprometidos en actuar juntos para construir un mundo más justo y solidario.
Como dijo el gran Pablo Neruda al recibir su Nobel: “Nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza, pero no hay luchas ni esperanzas solitarias”.
Muchas gracias.