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Brasil-España: viejos amigos (El País, 22/04/2017)
El país iberoamericano que visita Rajoy afronta sus retos con seriedad y energía y ante un horizonte de justicia y prosperidad
MICHEL TEMER
La amistad entre Brasil y España es antigua. El pasado le dio a Brasil raíces ibéricas. Y el tiempo no hizo más que ensanchar las relaciones entre nuestros pueblos. Relaciones que se estrechan todavía más por la fuerza de los españoles que escogieron Brasil como su casa, de los brasileños que convirtieron España en su hogar. Compartimos valores. Brasileños y españoles conocemos el significado de las libertades democráticas, que tuvimos que conquistar. Defendemos el imperio de la ley. Hemos convertido el diálogo y la cooperación en marcas de nuestra presencia internacional, tanto en nuestros ámbitos geográficos como en el mundo.
También compartimos intereses. Cuando, en los años 90, alcanzamos en Brasil la estabilidad económica y ampliamos nuestra apertura a la economía global, fueron muchas las empresas españolas que se instalaron en nuestro país. Hoy, los españoles se encuentran entre los principales inversores extranjeros en Brasil. Abrieron un camino que, más recientemente, y en sentido inverso, está siendo trillado por empresarios brasileños. La nuestra es una colaboración que se traduce en crecimiento, en empleos y en bienestar.
Y éste es el momento de renovar esa colaboración. Es lo que haremos el próximo lunes, cuando tendremos el placer de recibir en Brasil al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
El presidente Rajoy va a encontrar un Brasil en transformación. Un Brasil que enfrenta sus retos con seriedad y con energía. Que reencuentra el horizonte de la justicia y de la prosperidad. Tendremos ocasión de hablar de ese nuevo Brasil, también, a un expresivo grupo de empresarios españoles. Les presentaremos el rumbo que estamos imprimiéndole a Brasil.
Con el diálogo como método y la responsabilidad como principio, hemos puesto en marcha —con el apoyo imprescindible del Congreso Nacional— una ambiciosa agenda de reformas. Son reformas que restauran la credibilidad de la economía brasileña. Para derrotar la severa crisis que hemos encontrado, se imponía, con urgencia, reequilibrar las cuentas.
Aprobamos, ya en los primeros meses de gobierno, y siempre con el respaldo del Congreso, una enmienda a la Constitución para el control de los gastos públicos. El siguiente paso es garantizar la sostenibilidad de la Previdencia Social, hoy desacompasada con nuestra dinámica demográfica. Son opciones difíciles, pero necesarias.
Las decisiones que estamos tomando son esenciales para la recuperación de la economía, para la recuperación del empleo. Son cruciales para el rescate de la capacidad del Estado de costear políticas sociales indispensables, de combatir la pobreza. Los primeros resultados de nuestra agenda de reformas ya empiezan a verse. La inflación —que había llegado a niveles preocupantes— se redujo y ya la tenemos bajo control. Hicimos posible la tendencia consistente de la caída de interés. La producción industrial da señales de recuperación. Las exportaciones adquieren nuevos ímpetus. Las previsiones para 2017 son de crecimiento de la economía brasileña. La confianza ha vuelto.
Queremos que, como en el pasado, España se una a Brasil en este momento de recuperación y de oportunidades. Estamos fortaleciendo la seguridad jurídica, modernizando los marcos reguladores, simplificando los procedimientos. El nuevo modelo para las concesiones y privatizaciones en el área de infraestructuras sobresale por su racionalidad y por su previsibilidad. Hay un amplio espacio para más inversiones.
En el plano comercial las oportunidades se multiplican. El comercio con España refleja ya la recuperación económica. En 2017, nuestro intercambio aumentó un 23%. Todavía podemos hacer más, y la finalización del acuerdo Mercosur-UE contribuirá en esa dirección. El papel de España para el progreso de las negociaciones ha sido fundamental.
Así es nuestra colaboración con España: una colaboración para el desarrollo. Es lo que demuestra, por lo demás, nuestra cooperación en ciencia, tecnología e innovación. El proyecto de cable submarino de fibra óptica, que unirá Brasil con España, va a posibilitar conexiones a Internet mucho más rápidas y baratas. En la visita del presidente del Gobierno, agencias de fomento a la investigación brasileñas y españolas van a firmar nuevos acuerdos.
Brasil y España se encuentran unidos por la historia, por la cultura, por la economía. Están unidos por el vigor de sus gentes. Y la próxima semana, el Presidente Mariano Rajoy y yo celebraremos esa unión y trataremos de estrecharla. En nombre de un legado que nos enorgullece y de un futuro que nos cumple escribir.