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Por qué Brasil es un actor central en la lucha contra el hambre en el mundo (O Globo, 10/9/2023)
El mundo se enfrenta actualmente a una grave crisis de seguridad alimentaria y nutricional. Según datos del último informe publicado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), entre 691 millones y 783 millones de personas pasan por hambre, mientras que otros 2,4 mil millones sobrellevan inseguridad alimentaria moderada o severa. Esto equivale a casi el 30% de la población mundial. Al mismo tiempo, más de la mitad de la población padece sobrepeso y más de 1 mil millones de personas sufren de obesidad. La doble carga de la mala nutrición señala una crisis que no solo es humanitaria y de salud, sino también social y económica. La situación requiere esfuerzos colectivos, y el gobierno del presidente Lula está dispuesto a hacer su parte.
Somos el quinto país más grande en términos de extensión territorial, el séptimo en población y el cuarto mayor productor de alimentos del mundo. Podemos producir más protegiendo el medio ambiente. La agricultura tropical brasileña se encuentra entre las más eficientes, modernas y productivas. Estudios indican que será la que más crecerá en los próximos años. También tenemos una presencia ubicua de la agricultura familiar, que representa el 77% de los establecimientos rurales del país y es responsable de la mayor parte de los alimentos consumidos en los hogares brasileños. Fortalecer la agricultura familiar en Brasil y en el mundo es uno de los pilares de nuestra actuación tanto a nivel nacional como internacional.
Junto con la lucha contra el hambre, la implementación de acciones para combatir el cambio climático es una de las prioridades de Brasil. Hemos asumido compromisos para revertir la deforestación, creando incentivos para una mayor sostenibilidad, la restauración productiva y la producción agroecológica. La reciente Cumbre de la Amazonía refuerza la orientación del país hacia una mayor cooperación para el desarrollo sostenible de la región en sus tres dimensiones: ambiental, social y económica.
Durante la reunión en Belém, se destacó el papel de los productos de la sociobiodiversidad. La bioeconomía es una tendencia irreversible en Brasil y en el mundo. Fomenta el aumento de la producción, comercialización, consumo y exportación de alimentos y productos derivados de ellos, que son adecuados, saludables y promueven al mismo tiempo un crecimiento económico sostenible. No es coincidencia que este sea un tema central en los debates de la FAO.
En el ámbito de los esfuerzos para erradicar el hambre, el gobierno se compromete a garantizar el derecho humano a una alimentación adecuada para todos los brasileños. El gobierno federal lanzó el plan Brasil Sin Hambre el 31 de agosto, que tiene como uno de sus pilares centrales la meta de volver a sacar a Brasil del Mapa del Hambre para 2030, como lo hicimos en 2014.
Sin embargo, nuestro potencial va mucho más allá de nuestras fronteras. Con este fin, seguiremos colocando los temas de seguridad alimentaria y nutricional, así como la lucha contra el hambre y la pobreza, en el centro de las discusiones internacionales. Durante nuestra presidencia del G20, Brasil presentará un proyecto para una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Sin la intención de duplicar las iniciativas existentes, la propuesta busca proporcionar un enfoque sistémico a los problemas del hambre y la pobreza, centrándose en garantizar el acceso a los alimentos y financiar políticas que generen ingresos, especialmente para los más vulnerables.
Queremos ser más que simples proveedores de alimentos. Queremos cooperar e inspirar. Ya hemos demostrado una vez que solo podemos eliminar el hambre a través de políticas públicas que reduzcan las desigualdades, erradiquen la pobreza y garanticen que las poblaciones tengan acceso a alimentos adecuados, saludables y producidos de manera sostenible. Nuestra lucha ahora es asegurarnos de que estas políticas estén en el centro de los proyectos y las prioridades de las organizaciones internacionales y las instituciones financieras en todo el mundo.