Las 7 prioridades de Brasil en el Consejo de Seguridad – 2022-2023
En su mandato 2022-23 en el CSNU, el gobierno brasileño continuará defendiendo el papel del Consejo de Seguridad en la prevención y resolución de amenazas a la paz y la seguridad internacionales, siempre bajo los propósitos y principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y respetando la soberanía de todas las naciones. Además, Brasil se compromete a mantener, en la medida de sus capacidades, una contribución efectiva a las misiones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.
En 2022 y 2023, Brasil basará su participación en el Consejo de Seguridad en las siguientes prioridades: “Prevenir y Pacificar”; “Mantenimiento Eficiente de la Paz”; “Respuesta Humanitaria y Promoción de los Derechos Humanos”; “Avance de la Agenda de Mujer, Paz y Seguridad”; “Coordinación con la Comisión de Consolidación de la Paz”; “Articulación con Organizaciones Regionales”; y “Por un Consejo de Seguridad Más Representativo y Eficaz”.
Prevenir y Pacificar
La actuación de Brasil en el Consejo de Seguridad en 2022- 2023 dará prioridad a la defensa de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, que incluyen la defensa resuelta de las libertades fundamentales, el respeto a la dignidad humana y la prevalencia de los derechos humanos, a fin de construir una paz genuina y duradera, basada en los pilares de la democracia y de la justicia.
En sus dos discursos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Presidente Jair Bolsonaro recordó que Brasil abraza estos valores no sólo por tradición, sino también por mandato constitucional, puesto que están expresados en su Carta Magna, junto con varios otros postulados de la misma inspiración que rigen sus relaciones internacionales. Él todavía enfatizó el fuerte apoyo del gobierno brasileño a las Naciones Unidas, por un mundo donde los Estados se respeten mutuamente y donde los gobiernos nacionales respondan a las demandas de todos sus ciudadanos.
Para tanto, Brasil recurrirá a la mediación, a la diplomacia preventiva y a su papel de constructor de la paz como herramientas indispensables para evitar que las crisis se conviertan en conflictos, así como para garantizar la consolidación de la paz resultante de los acuerdos monitoreados por las Naciones Unidas.
Mantenimiento Eficiente de la Paz
Brasil presenta un historial sólido de contribuciones a operaciones de mantenimiento de la paz y misiones políticas especiales de la ONU. Durante los últimos 70 años, el país ha participado en más de 50 misiones de paz con más de 55 mil militares y policías. Comandó la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) por trece años ininterrumpidos y comandó el Equipo de Tareas Marítimo de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) durante casi diez años.
También se destaca la participación de Brasil en la Misión de Estabilización de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUSCO), en la cual comanda el componente militar y un equipo móvil de entrenamiento especializado en guerra en la jungla proporciona la capacitación de tropas de terceros países que integran la Misión. Además, Brasil ha acogido cursos de entrenamiento de la ONU y ha cooperado con diferentes países en el entrenamiento de sus tropas.
Una vez elegido, en el CSNU, Brasil defenderá la observancia permanente de los principios básicos que rigen las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU: la existencia de la paz a mantener, el consentimiento de las partes y el uso de la fuerza como último recurso. En ese sentido, defenderá la aprobación de mandatos que corroboren la interdependencia entre seguridad y desarrollo y la prevención de conflictos. También asegurará que esos mandatos sean realistas, claros y compatibles con los medios y los recursos disponibles para las misiones de paz.
Respuesta Humanitaria y Promoción de los Derechos Humanos
Brasil seguirá defendiendo el estricto respeto al Derecho Internacional Humanitario y al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, con la máxima atención a las libertades individuales y a las garantías fundamentales, tanto de las partes en los conflictos armados como del Consejo de Seguridad en la imposición de sanciones y otras medidas que respaldan la paz y seguridad internacionales.
Brasil es miembro del Grupo de Amigos sobre la protección de los civiles en los conflictos armados, donde actúa para estimular a la comunidad internacional a reducir los impactos de los conflictos armados en la población civil. En el cumplimiento de esa misión, seguirá comprometido con la protección de las poblaciones vulnerables en el contexto del conflicto armado, sobre todo las mujeres, los niños, los an cianos y las personas con discapacidades.
Favorecerá iniciativas relacionadas con la garantía de la educación de niños y jóvenes, especialmente los refugiados y desplazados internos, y favorecerá medidas de protección a los hospitales y de garantía del acceso a los servicios médicos. En la opinión de Brasil, sin abandonar jamás la brújula fundamental de la libertad, dichas acciones deben emprenderse con aún mayor vigor frente a la pandemia de COVID-19, que lamentablemente ha cobrado tantas vidas y generado aprensión con respecto al futuro del mundo poscoronavirus.
Avance de la Agenda de Mujer, Paz y Seguridad
En 2017, Brasil lanzó su primer Plan de Acción Nacional sobre Mujeres, Paz y Seguridad, cuya vigencia fue extendida en 2019 por cuatro años más. Durante dos años consecutivos, en 2019 y 2020, cascos azules brasileñas fueron premiadas por la ONU por su trabajo en la MINUSCA, en la República Centroafricana. Las comandantes Márcia Braga y Carla Araújo son testigos de la excelencia del entrenamiento ofrecido por las Fuerzas Armadas de Brasil a sus tropas y de los beneficios obtenidos con la participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres en las misiones de la ONU.
En su mandato, Brasil promoverá la valorización de la agenda de mujeres, paz y seguridad como aplicación práctica de la relación entre mantenimiento y consolidación de la paz. Además, utilizará sus credenciales como país contribuyente de tropas reconocidas por su disciplina para ayudar en la lucha contra la explotación y los abusos sexuales. Adepto a la política de tolerancia cero de la ONU, Brasil cree que su experiencia modelo en prevención y entrenamiento ofrecerá fórmulas eficaces para resolver el problema.
Coordinación con la Comisión de Consolidación de la Paz
Brasil participa activamente en el debate sobre fortalecimiento de la Arquitectura de Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz. Como partidario de la creación de la Comisión de Consolidación de la Paz (de la sigla en inglés, PBC) en 2005, y presidente del organismo en 2014, Brasil promovió la participación de los países en desarrollo y de las organizaciones regionales y de subregionales africanas en las actividades de la Comisión y buscó el compromiso entre la PBC y el CSNU.
Brasil defiende un enfoque integrado para la prevención y resolución de conflictos y el mantenimiento y consolidación de la paz. Considera que el CSNU y la PBC deben trabajar juntos siempre que sea posible y apoya el papel de asesoramiento de la PBC junto al CSNU, especialmente en las negociaciones para la renovación de mandatos y el cierre de operaciones de mantenimiento de la paz y misiones políticas especiales.
Desde 2007, Brasil ha presidido la configuración de Guinea-Bissau de la PBC. Como el primer país en desarrollo a ejercer la función, Brasil ha trabajado en estrecha coordinación con los actores nacionales y las organizaciones regionales e internacionales relevantes.
En su mandato, Brasil defenderá que la paz duradera no significa simplemente la ausencia de conflictos armados, sino que también requiere, de manera estructural, el respeto de las libertades fundamentales y de la dignidad humana, incluso la libertad de expresión y la libertad religiosa.
Articulación con Organizaciones Regionales
Brasil reconoce la importancia de la colaboración y de la planificación conjunta entre la ONU y las organizaciones regionales relevantes.
En el continente americano, el país buscará contribuir al aumento de la cooperación y coordinación entre el Consejo de Seguridad de la ONU y la Organización de los Estados Americanos (OEA), en beneficio del tratamiento de las situaciones en Haití y Colombia, así como frente al drama vivido por Venezuela. El crimen organizado transnacional es hoy una de las mayores amenazas a la paz del continente
Brasil también apoya a la Unión Africana (UA) y a las organizaciones subregionales del continente africano en la búsqueda de “soluciones africanas para los problemas africanos”. En este sentido, destaca la importancia de mejorar la cooperación entre la Secretaría de las Naciones Unidas y la Comisión de la UA, así como entre el CSNU y el Consejo de Paz y Seguridad de la UA. También reconoce el papel de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), la cual seguirá actuando en favor de la concertación política para la promoción de la paz y de la seguridad internacional.
Por un Consejo de Seguridad más representativo y eficaz
Las credenciales brasileñas están certificadas en el desempeño de mandatos como miembro no permanente del Consejo de Seguridad en los bienios 1946-47, 1951-52, 1954-55, 1963-64, 1967-68, 1988-89, 1993-94, 1998-99, 2004-05 y 2010-11. Brasil siempre ha actuado, en esos diez mandatos, en favor de la armonización de posiciones entre las naciones soberanas que lo componen, sobre todo en situaciones de gran polarización y divergencia.
Reconociendo la prerrogativa del Consejo de autorizar el uso de la fuerza, Brasil defiende que el organismo actúe de manera eficiente, transparente y responsable, con métodos de trabajo mejorados, orientado por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y guiado por el interés del conjunto de los Estados Miembros de la Organización.
Brasil mantendrá su compromiso inquebrantable con la reforma del Consejo de Seguridad. Para Brasil, la reforma, tan necesaria, representará un avance esencial para que el CSNU mantenga su centralidad y autoridad ante los múltiples y complejos desafíos que enfrentan la paz y la seguridad internacional en el siglo XXI, entre los cuales están la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.