Brasil y la Reforma del CSNU
En 1945, cuando el mundo salía de un conflicto que cobró la vida de más de 50 millones de personas, la comunidad internacional creó la Organización de las Naciones Unidas, concibiendo un sistema multilateral, que tiene en el Consejo de Seguridad el organismo central para tratar de las cuestiones de paz y seguridad.
En aquél momento, eran 51 los miembros de la ONU. Hoy, son 193. En 1945, el CSNU, integrado por 11 miembros, representaba el 22% de la composición de la Organización. Actualmente, sus 15 miembros representan el 7,7% del total. Esta estructura de gobernanza obsoleta compromete su legitimidad y, en consecuencia, su eficacia.
A pesar de las importantes transformaciones por las cuales el mundo ha pasado desde entonces, la estructura del Consejo de Seguridad fue alterada apenas una vez: en 1965, con el aumento de asientos no permanentes de seis a diez. Regiones como África y América Latina siguen excluidas de la participación permanente en esse que es el centro decisorio en el que más imporrtante de la sociedad internacional para los temas de paz y seguridad.
En 1963, un gran número de países africanos y asiáticos propuso la inclusión, en la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del tema "Question of Equitable Representation on the Security Council and the Economic and Social Council". Un acuerdo entre países africanos, asiáticos y latinoamericanos permitió que se presentara una propuesta de reforma por la cual el Consejo de Seguridad sería expandido de modo que pasara a contar con diez miembros no permanentes. Los miembros permanentes no veían con simpatía la propuesta, defendiendo que una eventual expansión del Consejo fuera más modesta.
El peso del bloque afroasiático en la Asamblea permitió que se aprobara la propuesta de enmienda a la Carta: el 17 de diciembre de 1963, la Asamblea General aprobó la Resolución 1991 (XVIII), creando 4 nuevos asientos no permanentes. La resolución tuvo 97 votos a favor (Taiwan), 11 en contra (Francia y Unión Soviética) y 4 abstenciones (Estados Unidos y Reino Unido).
El alto costo político de impedir la entrada en vigor de una enmienda que había sido aprobada por la mayoría de los Estados Miembros de las Naciones Unidas y que se destinaba a aumentar la legitimidad del Consejo hizo que los cinco membros permanentes ratificaran la enmienda en 1965.
El Brasil argumenta que el mundo no puede prescindir de un Consejo de Seguridad que sea capaz de enfrentar las graves amenazas a la paz de forma transparente, eficiente, legítima y eficaz. El Consejo de Seguridad reformado reflejará la emergencia de nuevos actores, en particular del mundo en desarrollo, que sean capaces de contribuir a la superación de los desafíos de la agenda internacional.
La expansión del CSNU, con el ingreso de nuevos miembros permanentes y no permanentes, contribuirá a la toma de decisiones que respondan eficazmente a las amenazas y desafíos contemporáneos.
La reforma del Consejo de Seguridad es urgente y necesita ser debatida no solo en entre los Estados Miembros, sino también en las universidades, en la prensa, en parlamentos, y, en fin, por la sociedad en general.
G4
En 2004, Brasil, Alemania, India y Japón formalizaron la creación del denominado G4. El grupo defiende la expansión del CSNU en las categorías de miembros permanentes y no permanentes con mayor participación de países en desarrollo en ambas para mejor reflejar la actual realidad geopolítica. Con base en el reconocimiento mutuo de que son candidatos legítimos a miembros permanentes en un Consejo de Seguridad reformado, los cuatro países apoyan sus candidaturas recíprocamente.
En 2005 el G4 presentó ante Naciones Unidas un proyecto específico de resolución (L.64), que resultaría en un Consejo expandido a un total de 25 miembros, con 6 nuevos asientos permanentes atribuidos a África (2), Asia (2), Europa Occidental (1) y América Latina y el Caribe (1), y 4 nuevos asientos no permanentes para África (1), Asia (1), Europa Oriental (1) y América Latina y el Caribe (1). La propuesta del G-4 también planteaba la reevaluación de la reforma luego de 15 años, cuando se consideraría, entre otros aspectos, la cuestión del veto. Hasta la revisión, los nuevos miembros permanentes asumirían el compromiso de no utilizar el veto en sus deliberaciones en el CSNU.
Cabe resaltar que Brasil es también miembro del Grupo L.69, que defiende la ampliación del Consejo de Seguridad en ambas categorías de miembros y la mejora de los métodos de trabajo del organismo. El grupo es compuesto de países en desarrollo de diversas regiones, entre los cuales países de menor desarrollo relativo, países en desarrollo sin salida al mar y pequeños Estados insulares, además de los miembros del IBSA (India, Brasil y Sudáfrica), entre otros.
La expansión en ambas categorías cuenta con el apoyo de una gran mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas y debe ser considerada en el futuro proceso negociador. En este contexto, el Brasil ha tratado de trabajar con sus socios para inyectar mayor impulso político en el proceso de reforma.
Actualmente, las discusiones sobre el tema se centran en las llamadas negociaciones intergubernamentales (IGN, sus siglas en inglés). Brasil, junto con el G4 y el L69, defiende, en este contexto, la consideración de un solo texto de negociación, que explique las posiciones de los países y grupos, y las actas formales de las sesiones realizadas. En 2021, al renovar el mandato del IGN, una decisión oral del presidente de la Asamblea General reiteró el llamado de los jefes de Estado y de gobierno, al conmemorar los 75 años de la ONU, a “inyectar nueva vida” al proceso de reforma. .
La actuación de Brasil en el escenario internacional ha consolidado la imagen del País como no sólo dispuesto, pero también capaz de asumir mayores responsabilidades en el ámbito de la paz y la seguridad internacionales. En enero de 2022, el Brasil comenzará, por undécima vez, un mandato de dos años como miembro no permanente del Consejo de Seguridad. Será otra oportunidad para contribuir al fortalecimiento del papel del órgano en la construcción de un mundo libre del flagelo de la guerra y en el que prevalezcan la paz y el derecho internacional.